MÉRIDA, Yuc., sábado 23/06/18.- Todo indica que la “ordeña” de combustibles a ductos de Pemex que van de Progreso a esta ciudad sigue imparable y si no hay colusión de las autoridades, lo que es evidente es que no les preocupa vigilar este robo de gasolina y diésel.

En el mismo lugar en donde se detectó la primera toma clandestina de hidrocarburos en Yucatán, en octubre del 2017, hay otra toma, que ayer viernes  lucía acordonada con cinta de hace días.

También estaba cubierta de palos de madera, y la tierra se veía húmeda, como si la “ordeña” se hubiera hecho recientemente, ya que hasta el olor de combustible era penetrante; sin embargo, no había vigilancia de parte de ninguna de las autoridades.

El 12 de octubre de 2017 el Grillo publicó que las autoridades federales detectaron la primera toma clandestina en el ducto de Pemex, en el km 7+330. También dijimos que la toma clandestina no había sido reparada, ya que el ducto estaba expuesto, no había sido enterrado y no había vigilancia.

La toma clandestina se ubicaba en el camino de terracería que corre paralelo a la carretera Mérida-Progreso, a sólo 900 metros del puente de Paraíso; se ubicaba cerca de una casa y varios ranchos ganaderos.

A unos metros antes de llegar a la toma clandestina había tres postes amarillos con la leyenda “Pemex. No excavar” del lado izquierdo del camino. Uno de ellos dice “diésel”, los otros dos no son legibles, pero se presume que uno sea de gasolina Magna y otro de Premium.

Al seguir por el camino, unos metros más adelante, se veían dos grandes excavaciones en donde se observaba el ducto, que había sido “parchado”.

En la primera de esas mismas excavaciones de octubre del año pasado, ayer se detectó una toma clandestina, cubierta de palos y en donde se percibía un fuerte olor a combustible, presumiblemente diésel, incluso la tierra se veía mojada alrededor de la toma.

Estaba acordonada, sin embargo, la cinta no lucía nueva o recientemente colocada y no había ningún elemento de seguridad.

En un recorrido por el camino de terracería, paralelo a la carretera Progreso-Mérida, y en el tramo Paraíso a San Ignacio, justo en el kilómetro 7+300, contados desde la Terminal de Almacenamiento en Progreso (los grandes tanques que son visibles desde la carretera), se observa la toma.

Se trata del mismo lugar de octubre del año pasado, en donde había varias zanjas que dejaban al descubierto el ducto, en ese entonces fueron cinco zanjas y en la quinta estaba la toma clandestina que soldó la empresa subsidiaria de Pemex. En esta ocasión es en la primera zanja.

La tierra suave que recubría el ducto fue removida, excavaron y colocaron en el ducto una llave.

El olor a combustible era penetrante y la tierra se veía húmeda.

No había presencia de ninguna autoridad y la toma estaba cubierta con palos de madera y estaba acordonada con cinta de hace varios días.

A unos metros está el km7+500 y ese camino tiene varias brechas y caminos que conectan con potreros y algunas construcciones camuflajeadas por el monte.

En el km 9 está la empresa Arcosa Concretos, es una zona desmontada y se ve la carretera; más adelante está la Comisaría de San Ignacio.

Al inicio del camino paralelo a la carretera, desde Paraíso a San Ignacio, hay un camino hacia el Poniente que lleva a un basurero clandestino; sin embargo hay una brecha que está marcada con el número 26 en color rojo donde al fondo se observaba una maquinaria de desmonte.

Vimos la llegada de una camioneta roja de redilas cargada de bidones, que resguardaba un hombre.

Se internó en la brecha marcada con el número 26 en rojo, en un camino paralelo al camino del ducto y a la carretera Progreso-Mérida.

Captamos la imagen del camión con bidones y de una camioneta roja que esperaba a la de redilas, que viró las llantas para ir hacia el fotógrafo.

Esto ocurría al tiempo que se realizaba un operativo de la Marina, la SSP y la policía de Pemex, en Sierra Papacal, por otra presunta toma clandestina.