MÉRIDA.- México debe consumir más ballet porque es una disciplina que te llena de cultura y artes, como la literatura, música, danza y exposiciones pictóricas, manifestó la bailarina cubana Lissi Báez, miembro desde hace tres años del Ballet de la Ciudad de Monterrey.

 “El ballet permite disfrutar las bellas artes y enriquece a las personas que acuden al teatro independientemente de su quehacer; el ballet es trascendental para la vida”, aseguró al término de su participación en la Gala  que protagonizó en el Teatro Armando Manzanero de Mérida, junto con los primeros bailarines del Ballet Nacional de Cuba, Viengsay Valdés y Patricio Revé, así como de Erika Argüelles y Yojan Herrera del Ballet de la Ciudad de Mérida.

En entrevista exclusiva, Lissi Báez y su compatriota Ernesto Mejica, del Ballet de la Ciudad de Monterrey, informaron que después de Mérida emprenderán una gira por España, “del 5 de junio al 9 de julio próximo visitaremos varias ciudades de la Madre Patria, como Barcelona, Madrid y Oviedo”.

“Aunque somos cubanos representaremos a México y América Latina en Europa donde ofreceremos  el cuento de hadas-ballet El Lago de los Cisnes y La Bayadera, la obra creada por Sergei Kuschlok y el coreógrafo Marius Petipa, inspirados en dos dramas del poeta hindú Kalidasa”, explicaron y con orgullo aseguraron que  traen “la escuela de la compañía de la maestra Alicia Alonso”, la cual les permitió viajar a varias partes del mundo para ejecutar obras del repertorio del ballet clásico.

La joven, quien cautivó al público yucateco en su rol de Diana La Cazadora, añora el papal de Kitri de Don Quijote, “he bailado el Pas de deux, “pero me falta el ballet completo. Es probable que el próximo año cumpla mi deseo”.

Lissi revela que después de la gira por Europa regresarán a Monterrey para abrir la temporada 2018 de la compañía con otro de los clásicos: El fantasma de la ópera con la que emprenderán una aventura por varias ciudades de Nuevo León, “y en fin de año presentaremos El Cascanueces”.

Por otra parte, Erika Argüelles aseguró que se encuentra feliz de compartir el escenario con Yojan Herrera y los bailarines cubanos, “es una forma de celebrar 20 años de trayectoria con el Ballet de la Ciudad de Mérida”.

Erika, quien consideró que la presencia de los bailarines cubanos es importante “permiten disfrutar y aprender”, presentó el Grand Pas de deux del Cisne Negro, uno de sus favoritos.

“Creo que me identifico más con el ballet de Don Quijote, porque el personaje  tiene mucho de los mexicanos, es fuerte, carismático y con mucho sabor”, explicó la joven: “no me gusta el papel de las princesas, prefiero el de los malos, porque son fuertes”.

 

Por Martha López Huan