MÉRIDA.- El caso de los ex agentes de la Secretaría de Seguridad Pública asignados a Progreso, Jaime Manuel Huchim Martín y Eulogio Rodrigo Cab Ku, que están a punto de ser sometidos a juicio oral por el delito de extorsión, puede dar un giro, porque su presunta víctima está dispuesta a declarar que fue presionado para acusarlos falsamente.

Después de la etapa intermedia para que sean sometidos a juicio por medio de un Tribunal de Enjuiciamiento, la víctima Sergio Manuel Moo Martínez está dispuesta a abogar por su inocencia.

Todo esto se debe a ambos tenían bastante antigüedad en la corporación y se buscaba darlos de baja, porque faltaban mucho y se rebelaban.

Un mando policiaco fue el que detuvo a Moo Martínez cometiendo una infracción de tránsito y lo obligó a firmar un reporte en falso, que luego ratificó ante la Fiscalía General del Estado.

El Tribunal de Enjuiciamiento habrá de fijar fecha para juzgarlos y, antes de eso, Sergio Manuel pretende retractarse en los cargos que levantó, antes que pueda tener problemas por falsedad de declaraciones.

Huchim Martín y Cab Ku fueron vinculados a proceso por el delito de extorsión e inhabilitados por 8 meses como elementos de la Policía por bajarle dinero a un automovilista.

Al respecto, el juez de control de Progreso en aquel entonces, Kenny Martins Burgos Salazar, determinó también que como medidas cautelares, ambos paguen a 5 mil pesos; no salgan del Estado y del país; sean monitoreados por el Centro Estatal de Medidas Cautelares; no acercarse a la víctima a 100 metros, y localizador electrónico.

A Sergio Manuel Moo, se le dotó de un dispositivo electrónico para que en caso que los ahora procesados intenten acercarse más de la cuenta, el aparato se active y mande una alerta para que intervenga la Policía Estatal.

Los hechos se registraron el 11 de mayo del 2017, aproximadamente a las 21 horas, cuando supuestamente los agentes se encontraban realizando funciones de vigilancia sobre la carretera Telchac Puerto-Progreso, tramo Progreso Chicxulub Puerto.

Después de interceptarlo, le solicitaron una cantidad de dinero para no detenerlo y lo despojaron de 300 pesos, dejándolo ir, pero conservando su número de teléfono.

El 16 de mayo pasado, se comunicaron con él para exigirle más dinero y como les dijo que nada más tenía mil pesos, lo citaron cerca de un supermercado, donde se les detuvo.