El problema de la erosión de playas en Yucatán es grave, pero la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma) tiene varios proyectos en marcha vinculados con centros de investigación, universidades, consultoras especializadas, municipios y propietarios de los predios veraniegos, manifestó su titular, Eduardo Batllori Sampedro.

–La erosión ocasiona graves problemas, sobre todo en Progreso, Chelem, Chuburná, Chicxulub, San Crisanto, Uaymitún y Las Coloradas –agrega.

En entrevista exclusiva, dice que las causas de la erosión en las playas se dividen en naturales y antropogénicas.

–Las causas naturales obedecen a un ciclo de varias decenas de años que se presentan como años muy secos, muy estables de alta presión, donde el mar avienta arena a las playas y éstas crecen mucho –dice  el doctor en Ciencias Geográficas por la Universidad de La Habana, Cuba.

Recuerda que de 1982 a la fecha ya se registró una mayor cantidad de huracanes, tormentas y “nortes” muy fuertes en la Península de Yucatán por la presencia del cambio climático, “eso brinda mucha energía a las playas y promueve el proceso de erosión”.

Las causas antropogénicas, según comenta, tiene que ver con la construcción de escolleras para dársenas, puertos de abrigo, espolones, casas sobre la primera duna, desarrollo urbano y la deforestación de las zonas que van promoviendo procesos de erosión importantes de la región, “el problema es grave y estamos trabajando sobre esos dos factores importantes”.

Batllori Sampedro, quien es titular de Seduma desde hace 11 años, asegura que durante ese período la dependencia a su cargo ya invirtió más de 100 millones de pesos en programas y proyectos para la restauración y conservación de playas en Yucatán.

Batllori Sampedro admite que aunque trabajan a marchas forzadas y realizan trámites para la constitución de recursos que sirven para proyectos de movimiento de arenas, restauración de playas, retiro de espolones, “cuya instalación es ilegal”, y pruebas de reforestación en dunas costeras, el problema es grave.

Actualmente, se trabaja en 44 kilómetros de la franja costera de Progreso “muy directamente en 14 km y 30 de manera indirecta”.

“La zona más afectada es Progreso, porque el problema se registra en Yucalpetén, Chuburná y toda la parte veraniega que está al tope en cuando a material de construcción; del lado de Chelem y Chuburná, trabajamos las primera etapas que son 15 kilómetros, siete de atención directa”, precisa.

El secretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente explica que para combatir la erosión de las playas “ya retiramos más de 150 espolones (instalación de estacas de madera en la playa), colocamos otros, ordenamos unos más y dragamos movimientos de más de 14 mil metros cúbicos de arena”.

En Uaymitún y Chicxulub “trabajamos en siete kilómetros de playa, donde hubo movimiento de arena, reforestación en dunas y construcción de geotubos (medidas tecnológicas para afinar el impacto de la erosión costera) que sirven como rompeolas”.

En esa zona también retiraron espolones y realizaron trabajo comunitario para convencer a los propietarios que “la solución a la erosión de playas no es colocar un espolón frente a su casa, sino unirse y trabajar con una adecuada coordinación entre autoridades y afectados”.

Batllori Sampedro admitió que más de 100 propietarios de las casas veraniegas sí están apoyando al proyecto de restauración y conservación de playas, “nos brindan ayuda  monitoreando el sitio”.

Para tratar de revertir el problema, el titular de Seduma hace un llamado a los afectados: “que no actúen de manera desesperada, que se acerquen a la Secretaría y únanse al grupo de trabajo formado por universidades y centros de investigación, ya que realizan monitoreos permanentes”.

Ahora, dice que deben trabajar más en las escolleras de las dársenas  y mover la arena de un lado al otro para revertir el impacto negativo de las dársenas, también deben reconocer que “los espolones no son la única solución de la erosión, ya que puede generar más daño”.

El funcionario, que lleva dos sexenios al frente de Seduma, pide a los propietarios de casas veraniegas y autoridades municipales que “no quiten la vegetación, que construyan atrás de la primera duna, que protejan esa primera duna, porque es el banco de material de préstamo de la playa para las temporadas malas”.

“Manejen de forma adecuada los residuos sólidos y líquidos, así como las fosas sépticas, ya que las aguas carbonosas pueden romper la tensión superficial y soltar las arenas”, precisa sobre el problema de la erosión que es una lucha sin fin contra la naturaleza.

 

Por Martha López Huan