MÉRIDA.- Aunque el dios Kim no llegó ayer a su cita anual a Dzibilchaltún, las dos mil personas que desde la madrugada se dieron cita para presenciar el fenómeno solar que ocurre en la Casa de las Siete Muñecas no salieron desilusionadas pues el lugar por sí mismo les dejó un recuerdo maravilloso, el saber que en el cenote se ha descubierto un “tesoro” en material arqueológico.

Visitantes de Japón, Alemania, Estados Unidos, Bélgica y México  que llegaron a la zona ecoarqueológica afirmaron que se van con una experiencia única de energía.

“No vimos el bello fenómeno arqueoastronómico, pero sí sentimos la energía “, aseguró el cineasta mexicano Alberto Hagar que llegó a las cinco de la madrugada al Sac Bé (Camino blanco en lengua maya) con un grupo de amigas para comprobar la precisión de la construcción  con los movimientos del cosmos.

El productor, escritor y guionista yucateco coincidió con los directores de las Unidades y Servicios Turísticos y Culturales de Yucatán (Cultur), Dafne López Martínez, y de la Zona Arqueológica,  Ilan Vit Suzan,  en el sentido de que las nubes del Frente Frío número 38 impidieron la llegada del Astro Rey, “estaban tan densas que no dejaron pasar ni un solo rayo de luz”.

Sin embargo,  el paisaje matutino, el canto de las aves y los edificios sin luz brindaron un espectáculo sin igual en el Sac Bé, donde se formó un mosaico de visitantes que llegaron de diversos puntos del Planeta para celebrar el Equinoccio de Primavera.

“Cada 21 de marzo es especial porque inicia un ciclo de vida, de siembra, de embarazo, los mayas prehispánicos construyeron sus edificios en sitios especiales para alinearlos con el movimiento de los astros”, explicó mientras varios pares de ojos miraban con interés al director de Xibalbá, cinta filmada en cenotes y varios sitios arqueológicos de la península de Yucatán que narra el inframundo de la antigua civilización. Esos pequeños ojos,  pertenecientes a 60 alumnos de sexto grado de la primaria estatal Joaquín Servín Andrade de Xalapa, Veracruz, llegaron un día antes para conocer el fenómeno en el templo de las Siete Muñecas.

“Desde hace ocho años venimos para disfrutar las tierras yucatecas y admirar el equinoccio de primavera, pero hoy nos falló el sol”, manifestó la directora del plantel, Angelina Servín Murrieta, que lejos de estar desilusionada se mostró feliz, “porque los niños  vienen a conocer parte de esta cultura milenaria que está en los libros de texto. Ahora nos vamos a Chichén Itzá, a ver si tenemos mejor suerte”, dijo y explica que llegar al Estado es una tradición, una recompensa, un regalo para los que terminarán la primaria.

La ausencia de Kim pasó casi inadvertida cuando el director de la zona arqueológica  de Dzibilchaltún, Ilan Vit Suzan, reveló que recientemente descubrieron un “tesoro” de material arqueológico en una de las cavidades del cenote Xlacah, que actualmente se encuentra cerrado al público precisamente por los trabajos de investigación y limpieza del lugar.

“Encontramos una caverna que no se había reportado ni identificado en una de las cavidades que se encuentran en el interior del cenote Xlacah con mucho material arqueológico y óseo en la parte por donde entra la mayoría de los visitantes, donde el agua es muy bajita. Resulta que en la parte baja hay una rendija que te lleva a un espacio relativamente grande. Nos llama la atención que sí hay evidencia de que en algún momento entraron buzos de cueva con líneas, pero no hay registros  en la literatura y no sabemos qué tanto de material arqueológico había, aunque ahora en la cavidad sí hay mucho”, comentó en una breve rueda de prensa.

El director, quien confirmó que aún continúan los trabajos de exploración  en el cenote donde antes miles de visitantes podían refrescarse, explicó que aún no tienen un registro del material arqueológico encontrado en la cavidad que mide más o menos 15 metros de largo por ocho y cuatro de alto.

“Aún no entramos a medir en forma oficial la pequeña galería que contiene mucha material prehispánico en el piso, como vasijas, ollas, huesos humanos y de animales”, aseguró y recordó  que en los años 60s encontraron en mismo sitio más de 30 mil piezas, “había vasijas enteras, coral, dientes, aguijones de raya, ornamentos y  pedacitos de ollas que también se contabilizaron”.

Ilan Vit Susan admitió que otra cosa que los detiene para contabilizar el material arqueológico es la falta de recursos económicos, “en estos momentos el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no tiene presupuesto, antes los trabajos se realizaban con mayor facilidad por  los convenios que había con instituciones extranjeras”.

El director de Dzibilchatún, sitio que aún tiene plantas endémicas que los mayas usaban como medicinas y es un observatorio nacional de aves,  reveló que los trabajos que se realizan actualmente en el Cenote Xlacah es gracias al apoyo de buzos  voluntarios de la iniciativa privada, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), “vienen cada tercer domingo a explorar y limpiar para tener más claridad sobre las vasijas recién descubiertas que se encuentran en buen estado, son piezas completas con policromía y los huevos se ven sin mucha carbonatación, eso nos hace pensar que no son muy antiguos”.

 

Martha López