MÉRIDA.- Luis Gómez fue condenado a 20 años de prisión, por el delito de violación equiparada, a una niña de siete años, que vivía encomendada en casa del sujeto, porque el padre de la menor no quería hacerse cargo de ella.

 

La juez primero penal del sistema tradicional, Rubí Guadalupe González Alpuche, encontró elementos suficientes para procesarlo penalmente. Le impuso al violador el pago de 480 días multa, equivalente a 27,621 pesos, que pueden ser sustituidos por 225 jornadas de trabajo a favor de la comunidad.

La juez calculó en 16 mil pesos la reparación del daño moral y le negó los beneficios sustitutivos de sanción. La pena corporal empezará a contar a partir del 7 de diciembre del 2016, cuando fue detenido.

A finales de agosto del 2013, la menor fue encomendada en la casa de unos familiares directos, porque su padre tenía que ir a trabajar y no quería hacerse cargo de la niña. La madre biológica la abandonó y se fue a vivir con otro hombre. El padre también buscó una nueva pareja y tuvo con ella varios hijos.

Como no quería molestar a su nueva mujer, el papá de la niña la dejó con sus familiares.

El ahora sentenciado aprovechó que la niña se había quedado a solas con él, porque su esposa viajó de forma abrupta a la ciudad de México. La tocaba lascivamente y la dormía con pastillas, para penetrarla con sus dedos. Sin embargo, la niña no quedaba del todo inconsciente, además de que la agresión le provocaba sangrados.

Los ataques salieron a relucir cuando la niña le contó lo que le sucedía a la mamá de una amiguita, que la invitó a su casa a comer, pues su familiar hasta no se hacía cargo de ella.