MÉRIDA.- Convertido en un auténtico animal irrazonable, el boxeador Eduardo “Lalo” Torres, realizó el acto sexual frente a sus hijos y golpeó salvajemente a su hija de ocho años de edad.
“Lalo” Torres, de Guanajuato pero radicado en esta ciudad, fue detenido y puesto a disposición de la juez de control Suemy del Rosario Lizama Sánchez, acusado de los delitos de violencia familiar (3), violencia familiar equiparada y lesiones calificadas, en contra de sus hijos y esposa.
La juez Lizama Sánchez determinó en contra del sujeto la medida cautelar de prisión preventiva por todo el tiempo que dure el proceso. Será vinculado a proceso el 1 de marzo.
La denuncia fue interpuesta por la ex pareja sentimental del púgil, por el daño causado a sus hijos menores, de 4, 6 y 8 años, edad que tenían cuando ocurrieron los hechos.
La agresión del boxeador fue el 7 de enero del 2017, cuando llegó borracho a su casa en la colonia Alemán y tras tener relaciones sexuales frente a sus tres hijos con otra mujer, se fue a dormir.
Al amanecer del 8 de enero, el sujeto levantó a patadas a la niña de 8 años, que dormía en una hamaca, y la agredió: intentó ahorcarla, mordió en los brazos, espalda, cara y piernas.
Montó en ira porque, junto con sus hermanitos, se veía con su madre, a la que el deportista había corrido del hogar conyugal un mes antes.
También la pateó en el tórax y espalda, y con el puño le dio en la cara y cuerpo.
No contento, tomó un desarmador y golpeó la cabeza de la niña.
Con un zapato repitió la acción. Con jaloneos le arrancó parte del cabello y la mandó a asearse. Luego volvió a dormirse.
A la niña de 8 años la mantuvo encerrada hasta el día 11, según consta en la denuncia, sin recibir atención médica.
Torres empacó y salió de la casa; la mamá de los menores aprovechó la ausencia del sujeto para rescatarlos.
Debido a las heridas, la niña fue internada dos días en el Hospital O’Horán, donde se determinó que las lesiones son de las que tardan en sanar más de 15 días.