MÉRIDA.- Amantes de lo ajeno entraron al santuario de la Virgen, en Valladolid, y se robaron las alhajas de oro que estaban en un estandarte de la sagrada imagen, en su día.

 

El hurto fue perpetrado precisamente el 2 de febrero y fue descubierto cuando Maximiliano Moo Muñoz, colaborador de la iglesia, acudió al templo para la salida del gremio de Jóvenes.

Al tomar el estandarte vio que ya no tenía la cadena, una esclava y un anillo, todos de oro.

Al denunciar los hechos, dijo que todos los años le deja las alhajas a la efigie y nunca había pasado nada malo.

Nadie vio nada raro, aunque un par de mujeres dijeron que vieron a un sujeto que se acercó a la Virgen, pero creyeron que estaba pidiendo la bendición, por lo que no sospecharon que pudiera estar robando las alhajas.

El hurto causó indignación entre los feligreses, quienes señalaron que esperan que el ladrón se arrepienta y devuelva las alhajas o de lo contrario que reciba su “castigo divino”.