MÉRIDA.- El Tribunal Segundo de Juicio Oral empezó a desahogar las pruebas para juzgar a Grifel Duvan Pech Huerta, por la muerte de un joven tabasqueño que se burlaba de él, al que mató de varias cuchilladas y de una pedrada en el cráneo y cuyo cuerpo quemó para borrar las huellas de su crimen.

 

Está acusado del delito de homicidio calificado que denunció la señora Doribeis Javier de la Cruz, por el asesinato de su hijo José Eduardo Javier de la Cruz, de 20 años de edad.

El 18 de febrero del 2017, cuando el ahora occiso, Grifel Duvan y Christopher Kevin Lizama Pacheco, se retiraron de su trabajo en una bodega de la comisaría de Paraíso, Progreso, a bordo de sus bicicletas, se dirigieron hasta el fraccionamiento Flamboyanes, por una brecha.

En el camino se sentaron en unas piedras y empezaron a fumar mariguana.

Luego, cuando se encontraban por los montes aledaños de la calle 57 x 50 del citado fraccionamiento, Pech Huerta se adentró en la maleza para ir a hacer sus necesidades, mientras los otros seguían drogándose.

Cuando terminó Grifel Duvan, se dio la vuelta y sin más sacó de entre sus ropas un cuchillo y se lo clavó al ahora occiso, pero como se dobló, sacó una segunda arma y lo clavó, pero sólo lo lesionó.

Al caer al suelo, lo remató con unas piedras que le arrojó en el cráneo.

Después Grifel y su acompañante se retiraron y al día siguiente, muy temprano, regresaron para quemar el cuerpo con intenciones de deshacerse del cadáver.

Este crimen, al parecer, se dio por problemas en el consumo de drogas y porque el ahora homicida no soportaba que el occiso se burlara y abusara de él.

El compinche, para evitar pisar la cárcel, lo delató.