MÉRIDA.- Dos sujetos alcoholizados se toparon en las calles de Opichén y engrosaron las notas del saldo de navideño.

 

A causa de su estado etílico, uno de ellos, José Luis Che Garrido, de 51 años, se puso a torear vehículos en la calle 18 entre 19 y 21 de Opichén.

Ahí se topó con otro individuo alcoholizado, Luciano Hernández Martínez, de 46 años, quien no quiso quedarse atrás, se “transformó” en toro y con su camioneta embistió al improvisado novillero, a quien le amputó una oreja.

Además de perder la oreja derecha, el lidiador de autos acabó con fractura de cráneo.

Al ver lo que había sucedido, Hernández Martínez se dio a la fuga con todo y su camioneta, pero minutos después regresó y alegó que se retiró porque tuvo miedo.

Los hechos ocurrieron aproximadamente a las 11:30 de la mañana, precisamente a la hora a la que empezaron a salir los crudos navideños.

Che Garrido fue llevado al hospital O’Horán en una ambulancia de la SSP. Al menos tendrá un recuerdo indeleble de la Navidad.