MÉXICO.- Exponer a un niño a altos niveles de ruido puede dañar la audición, lo que conlleva al retraso en el desarrollo del habla y de la comunicación y, en casos extremos, a su impedimento, advirtió hoy la otorrinolaringóloga pediatra Iris Rentería.

De acuerdo con la especialista, exponer a un menor por más de 15 minutos a sonidos que generen 85 decibeles, equivalentes a escuchar tráfico intenso desde el interior de un vehículo, puede afectar la audición de todas las personas, pero especialmente de los niños.

Hace unos días, la cadena de cines Cinépolis generó controversia luego de poner un anuncio en las salas del estado mexicano de Campeche en el que prohibía la venta de boletos a personas con niños menores de tres años. “Esto no es un acto de discriminación, sino de prevención“, detalló la especialista.

Según datos de la American Hearing Research Foundation, el volumen que llega a presentarse en proyecciones de cine oscila entre 90 y 100 decibeles, similar a escuchar una motocicleta o el ruido del Metro.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 32 millones de niños y 43 millones de jóvenes de entre 12 y 35 años viven con discapacidad auditiva. “Lo triste es que hasta 60 % de las causas de disminución o pérdida de la audición son prevenibles“, dijo la experta.

Aseguró que en la actualidad la tendencia de exponer a los niños a elevados niveles de ruido se ha elevado.

Rentería explicó que exponerse a altos niveles de ruido por tiempo prolongado o de manera constante puede dañar el tímpano, aumentar el estrés, incrementar la presión arterial, cambiar la tensión muscular y movilidad intestinal, además de generar dolores de cabeza y alteraciones del sueño.
“Pero además hay consecuencias psicológicas y emocionales como irritabilidad, aislamiento, disminución en la tolerancia y aumento en la respuesta violenta al estrés“, alertó.

La especialista recomendó no exponer a los niños, especialmente a los menores de tres años, a eventos donde el nivel de sonido sea elevado y, si es necesario que asista, debe utilizar protectores auditivos.

Dijo que si existe duda respecto a los niveles de sonido ambiental, lo ideal sería utilizar un aparato llamado decibelímetro.

“Algunas aplicaciones para teléfonos móviles brindan este servicio. Pero si no se cuenta con el medidor, hay que analizar cómo siente el adulto el nivel de ruido. Si es molesto o doloroso, también lo será para un niño“, manifestó.

Por último pidió prestar atención a los síntomas que podrían revelar problemas de audición en los pequeños: “Si no se sobresalta con ruidos fuertes al mes de edad, no voltea buscando la fuente de algún sonido, no se da cuenta de que una persona está cerca hasta que le ve, hay que buscar ayuda.”

En niños mayores, el retraso en el desarrollo del habla, no decir palabras por lo menos al año, no responder cuando se les habla o pedir que les repitan cosas o subir demasiado el volumen en aparatos electrónicos son señales de alerta y hay que llevarlos a revisión.

 

(DIARIO DE YUCATÁN)