PETO.- El joven Manuel de Jesús Cen Vera, de 13 años de edad y vecino de Tahdziú, ganador del primer lugar en la edición 18 del concurso nacional “Las narraciones de los niños y niñas indígenas y migrantes” no pudo abordar el avión por que su padre no le dio permiso.

 

Jesús Cen, en compañía de su madre dijo que tenía la ilusión de recibir su reconocimiento en la Ciudad de México, por haber ganado un concurso de narración que organizó la Secretaría de Educación Pública (SEP) en coordinación con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) y añadió que era la primera vez que volaría en un avión.

Como informamos el pasado martes 14, Cen Vera participó en dicho certamen con su cuento sobre la leyenda de la Xtabay, titulado “Ba’ax uch ti’ Juan yéetel u yatan (¿Qué le pasó a Juan y a su esposa?)”, que le granjeó el primer lugar.

El mismo martes era la cita con la premiación. Todo estaba listo: el adolescente debió viajar un día antes, incluso desde el domingo metió sus ropas en un bulto con la ilusión de volar por primera vez y vivir esa “experiencia única”, según comenta; sin embargo, no abordó el avión. Cen Vera ahora espera que le hagan llegar el reconocimiento del concurso.

José Alejandro Baeza Victoriano, director de la Casa del Niño Indígena “Alfonso Caso”, de Tahdziú, insistió en varias ocasiones con los papás de Manuel de Jesús para que el menor vaya a recibir el premio, pero finalmente no se concretó.

De acuerdo con información de la SEP, el reconocimiento constó de una tableta electrónica, mochila con material escolar y la participación en una convivencia cultural en Ciudad de México.

El menor quien, quien aún sueña con viajar algún día, señala que elaboró el trabajo ganador cuando aún estudiaba en la primaria Juana de Asbaje. Actualmente estudia en la secundaria de Tahdziú, considerada como una de las poblaciones más pobres del país.

Entrevistado en su humilde vivienda, acompañado de su mamá, Virginia Vera Ku, y de su hermanito, Ángel Ismael, agrega que se siente triste por no haber viajado, porque estaba ilusionado con ir a Ciudad de México.

—El viernes de la semana pasada me avisó José Baeza Victoriano que nos iríamos a México. Vino a pedir permiso a mis papás y también fue a la escuela donde estudio con el mismo propósito. Pero al final ya no pude ir, aunque sí me hubiera gustado viajar porque sería una experiencia única y quizás nunca tendré otra oportunidad de subirme a un avión —explica el adolescente.

Virginia Vera indica que su esposo, Daniel Cen Caamal, ahora lamenta que su hijo no haya viajado, pues se ha dado cuenta de que es una experiencia única que pudo haber tenido el menor.

—El director vino varias a veces a insistir que deje ir a Manuel, pero yo le decía que yo no podía dejarlo ir porque es su papá (quien estaba ausente) el que toma la decisión, y se molestaría si se va sin su permiso —relata la madre de Manuel de Jesús.

—Incluso (el mismo director) me propuso que deje ir a Manuel aunque no le haya dado el permiso su papá, pero no podía tomar una decisión así —reitera la mujer.

Manuel de Jesús es el mayor de ocho hijos que procreó la familia Cen Vera y su relato está basado en parte en los saberes de sus abuelos.

El menor señala que al escribir el cuento sobre la Xtabay se inspiró pensando en ganar el primer lugar, y debido a que se le facilita la lengua maya no fue difícil para él expresar en esa lengua lo que imaginaba.

A pesar que hasta el momento no ha recibido ningún apoyo oficial por su destacado trabajo, espera que le hagan llegar el reconocimiento por su esfuerzo.

No perdió oportunidad para compartir en su lengua materna el relato que le pudo permitir volar en un avión y conocer la metrópoli.

A pesar de que el cuento lo escribió el ciclo pasado, aún tiene en la memoria cada una de las palabras que plasmó en unas hojas de papel cascarón que ocupan cinco hojas tamaño carta. Dice que es su máximo tesoro y lo guarda con mucho cariño.

En la comunidad todos se sienten orgullosos de él, pues, según los mismos pobladores, él tiene un don que podría permitirle lograr muchas cosas si continúa preparándose y lo apoyan para que siga con sus estudios, a pesar que proviene de una familia humilde.

En la comunidad muchos lamentan que no haya ido al viaje, porque lo justo era que se reconociera su esfuerzo y que sea galardonado por haber hecho un trabajo en su lengua y con algo relacionado con su cultura, como es la leyenda de la Xtabay.

Manuel de Jesús comparte en maya un fragmento de su cuento: “Ti Juunp’éel k’iine’ táan u bin Juan ichil u koole’ ka’aj tu yilaj juntúul ko’olel, chéen k’áatmán tu beta tu yiknal, ma’ bin tu yiknali’ yéetel ma t’a’anaji’ (Un día estaba yendo Juan a su milpa cuando vio a una mujer, solo pasó junto a ella, no fue con ella y no la habló…)”.