MÉRIDA.- El nacimiento de un bebé suele venir acompañado de una amplia gama de emociones, como felicidad, plenitud, excitación, así como de ansiedad, frustración, confusión o tristeza.

Las mujeres en el periodo postparto son más vulnerables a un rango de trastornos psiquiátricos que incluyen: la melancolía de la maternidad (o “baby blues”), la depresión postparto y la psicosis postparto.

La depresión postparto (DPP) es el trastorno psiquiátrico más frecuente en el período postnatal. Se estima que un 10 a 15% de las mujeres desarrollan DPP, y el riesgo se incrementa en madres adolescentes hasta un 26%. La DPP típicamente inicia dentro de los primeros tres meses después del parto y es difícil distinguirla de la depresión que ocurre en otras etapas de su vida en las mujeres.

Entre los síntomas se presentan tristeza, ánimo deprimido, baja energía, alteraciones del sueño y apetito, ansiedad, sentimientos de culpa, cuestionamientos y dudas sobre la capacidad del cuidado del infante e ideas suicidas. En los casos graves las ideas suicidas se acompañan de ideas homicidas hacia el nuevo bebé, de hecho, la DPP constituye una de las causas principales de infanticidio a nivel mundial.

No hay una causa exacta de la DPP, hay muchos factores que influyen en su aparición, que van desde los biológicos como la predisposición genética, cambios hormonales propios de este periodo y episodios depresivos previos. Los factores psicosociales como el aislamiento asociado a los cuidados propios del recién nacido, inestabilidad laboral, adaptación a los cambios en apariencia física y ciertos rasgos de personalidad. También hay factores obstétricos como que el primer parto –o cesárea- genera mayor riesgo que embarazos subsecuentes y complicaciones perinatales.

El “Baby blues” (melancolía de la maternidad) es una fase de labilidad emocional que sigue al parto, y se presenta dentro de los primeros dos a cinco días después del mismo usualmente. El “Baby blues” se ha atribuido a los cambios hormonales de la mujer sumados al estrés del alumbramiento, es transitorio y se resuelve solo.

La DPP es frecuentemente subdiagnosticada, ya que toda la atención en el periodo postparto se vuelca en el nuevo integrante de la familia, y las nuevas mamás no reciben tratamiento. Sin embargo, es relevante la atención de la salud mental de las mujeres en el periodo postparto, ya que existen distintas estrategias de tratamiento que van de lo farmacológico a lo no farmacológico.

Recordemos que cada vez que nace un bebé, nace una mamá.