MÉRIDA.- Diana Paredes Lavalle otorgó el perdón a su ex pareja sentimental Ernesto Jesús Fernández de la Cuesta y pidió que se le impongan medidas de protección, porque teme por su integridad física.

 

Antes que se efectúe la audiencia de vinculación ante el juez de control Rómulo Antonio Bonilla Castañeda, la funcionaria de la delegación de Sedesol buscó llegar a un acuerdo.

Le dijo a la autoridad judicial su deseo de otorgar el perdón y lo hizo en ese acto, de modo que se decretó el sobreseimiento de la causa y se estableció un pago por concepto de la reparación del daño en 3 mil pesos a su favor.

La fiscal investigadora pidió medidas de protección a favor de Diana y a Fernández de la Cuesta se le ordenó no acercarse a la quejosa, a la casa de ella y a cualquier lugar en el que ésta se encuentre, así como cualquier tipo de comunicación con ella.

El miércoles anterior publicamos que Ernesto Jesús Fernández de la Cuesta amenazó con una pistola de perdigones a su ex pareja sentimental, Diana Paredes Lavalle, para obligarla a regresar con él, pero al no lograr su cometido, la golpeó con el arma en la frente y además le dio puñetazos y jaló el cabello y de los brazos.

Luego de ser detenido y enviado a la cárcel, fue acusado del delito de violencia familiar por Diana Paredes Lavalle.

El juez de control Rómulo Antonio Bonilla Castañeda lo imputó e impuso, como medida cautelar, prisión preventiva oficiosa por todo el tiempo que dure el proceso, puesto que presuntamente empleó un arma para amenazar y agredir a la agraviada.

El sábado 23 de septiembre, a las 8 de la mañana, Fernández de la Cuesta acudió al domicilio de la querellante, con quien tuvo una relación sentimental, a fin de que ésta le entregara sus pertenencias que había metido en bolsas para la basura, siendo que en una de ellas la agraviada introdujo un arma de perdigones que siempre ha tenido su ex.

Con el arma la amedrentó al ponérsela en la frente y como no quiso regresar con él la golpeó, al tiempo que la empujaba y le decía que quería regresar. Acto seguido, le dio un puñetazo en la nariz, ocasionando que cayera sobre el sillón y comenzara a sangrar.

Luego tomó el teléfono celular de la afectada, quien trató de salir de la casa, pero fue sujetada del cabello por De la Cuesta;  en un momento dado la mujer logró zafarse de él y salió de su predio para pedir auxilio.