IZAMAL.— Los trabajos de restauración del atrio del convento franciscano de San Antonio de Padua no avanzan como se esperaba. Aunque ya se nota que el techo está restaurado e impermeabilizado, los tubos de la estructura aún siguen clavados en las paredes de la iglesia.

Además hay una gran cantidad de basura en el techo y cables sueltos y pelados, lo que sería un peligro en caso de que una chispa toque los tubos de metal.

En un recorrido por el techo del convento se observó que, contrario a lo que se había informado de que se tiraría todo lo dañado para hacer uno nuevo, simplemente fue picada la superficie, se le retiró la capa en mal estado y se resanó para que posteriormente fuera impermeabilizado.

En el lugar hay tubos, tambos de plástico, unicel, cables, nylon, cartones, maderas de triplay, pedazos de bloques, bolsas con basura y cal que no se utilizaron, lo que ocasiona que se siga dañando la estructura por las recientes lluvias.

Además, en otro extremo del techo hay más tubos del anterior proyector del luz y sonido que se están oxidando. Y donde está el área de los frescos que fueron cubiertos con tablones de triplay para cuidarlos y delimitados se ha vuelto un basurero.

No se proporcionó información sobre cuándo se terminará la obra, en la que sólo se trabaja unas semanas y de se detienen las tareas. Se ignora quién o quiénes están a cargo de ella y cuánto costará la restauración. (Diario de Yucatán)