PETO.- Victoria Bacab, de 86 años de edad, vive con temor en su modesta vivienda de la calle 69 con 29 de la colonia San Fernando, donde ha sido asaltada en varias ocasiones. La última vez que le robaron fue hace tres semanas, cuando dos delincuentes la amenazaron con cortarle el cuello si gritaba.

Ese día estaba en su domicilio junto con su esposo, Julián Uluac Pech, de 92 años de edad, cuando de pronto entraron a la casa dos sujetos que tenían la cara cubierta con pañuelos.

Uno de ellos le pegó un cuchillo en el cuello y la habló por su nombre. Le advirtió que no se le ocurra gritar, porque si lo hacía le iba a cortar la garganta.

La octogenaria recuerda que ese día los ladrones la despojaron de los únicos 250 pesos que tenía, pues todavía no le pagaban el apoyo del programa Pensión del Adulto Mayor. También se llevaron dos cuchillos.

—Yo creo que me conocen esos dos ladrones porque me hablaron por mi nombre, aunque no los reconocí —explica la mujer.

—La verdad es que vivimos con temor, porque mi esposo ya no escucha y además, por su avanzada edad, no tiene fuerza para defenderse.

—Ese día pensé que me iban a matar, pues además de que me tenía pegado el cuchillo en la garganta, esa persona me dijo que si le decía algo a alguien, me cortarían la cabeza.

—Le dije que no había nadie más en la casa para pedirle ayuda —añade.

Después del último atraco la octogenaria dio parte a las autoridades y ahora policías municipales vigilan su casa. Los elementos incluso entran a preguntarle si nadie los ha molestado.

—Los elementos tienen indicaciones de entrar a la vivienda y ver que las personas estén bien, pues viven solos y por su edad son vulnerables —indica Luis Adalberto Sánchez Chan, director de la Policía Municipal.

—Ellos temen que les vuelvan a asaltar, por eso las patrullas pasan a cada rato por ese lugar y se les visita para confirmar que estén bien —agrega.

—Le pido a Dios que me ayude para aguantar lo que nos hacen, pues ya estamos viejos y no deberían de tratarnos de esa manera, mucho menos porque no molestamos a nadie —señala Victoria Bacab. (Diario de Yucatán)