VENEZUELA.- El tablón en el que se anuncian los distintos sabores de helados ocupa toda la pared. Los hay tan curiosos como el helado de hot dog, el “Miss Venezuela” o arroz con pollo. Para los románticos está el “amor de mi vida”, el “corazón mío” o el “noche de bodas” y, quienes lo necesiten, pueden probar uno de “lágrimas del amor”.

La clientela degusta las distintas variedades en un banco situado bajo el tablón. En el local no hay rastro de la crisis y la escasez que se vive en el país, aunque también aquí, en la ciudad andina de Mérida, fallecieron recientemente dos manifestantes que protestaban contra las políticas del presidente Nicolás Maduro. Pero la heladería Coromoto parece ajena a todo ello y a la entrada se lee, en coloridas letras, “récord Guinness”.

Mientras dos mujeres preparan las bolas de helado, Manuel da Silva Oliveira las observa sentado en un taburete, orgulloso de lo que ha conseguido. Llegó a Mérida en 1953, procedente de Portugal. Y aunque la ciudad cuenta con el teleférico más largo y elevado del mundo -recorre 4 mil 765 metros ofreciendo imponentes vistas del Pico Bolívar- los turistas no se prodigan por el país. Lo que no impide que en Coromoto pueda degustarse el helado “el turista”.

En las paredes del establecimiento cuelgan centenares de fotos con adultos, jóvenes y niños que han crecido comiendo los helados del señor Oliveira. “Soy un inventor”, afirma este hombre de 86 años. Aunque resulta muy difícil conseguir leche y azúcar -en 2014 tuvieron que cerrar por falta de leche- “hoy en día tenemos una oferta de 870 sabores de helados”.

Sin embargo, la heladería funciona con un sistema de rotación por el que cada día se ofertan como mucho unas 50 variantes. Oliveira muestra una edición del libro Guinness de los récords de 1996, título que consiguió con sólo “593” variedades de helado. “Todas naturales”.

“En realidad soy cocinero”. La idea de los helados se le ocurrió en 1981. Siempre le habían parecido demasiado artificiales, por lo que afirma que todas sus variedades carecen de químicos. Comenzó con clásicos como la vainilla y la fresa y su primer éxito llegó con el sabor aguacate.

Cuando tuvo que cerrar durante dos semanas por falta de leche, fue un escándalo. “¡Hasta con los helados acabó la revolución!”, se leía entonces en Twitter.

Aunque en Venezuela escasean alimentos básicos como la harina o la leche, en la heladería, el debate lo centran los sabores.

Dos bolas grandes de helado cuestan 3 mil 300 bolívares, unos 80 centavos de dólar. Pero, Oliveira no cree que la crisis vaya a poner su negocio contra las cuerdas.

DPA.-