MÉRIDA.- Los nuevos descubrimientos sobre Naia, el esqueleto humano más antiguo, completo y genéticamente intacto encontrado en el Continente Americano fueron presentados en la LXXXII Convención Anual de la Society for American Archaeology que se realizó del 29 de marzo al 2 de abril en Vancouver, Canadá.

–Gracias a diversos estudios y análisis realizados en laboratorios de México, Estados Unidos y Canadá se sabe que el esqueleto corresponde a una joven de 15 a 16 años que vivió hace casi 13,000 años en la Península de Yucatán –informó el doctor James C. Chatters, investigador principal y codirector del Proyecto Arqueológico Subacuático Hoyo Negro, ubicado en Tulum, Quintana Roo.

De 2014 a 2016, un equipo de espeleobuzos entrenado para el registro arqueológico que trabaja coordinadamente con expertos nacionales y extranjeros, recuperó 98 elementos del esqueleto de Naia.

La conservación estuvo a cargo de la maestra Diana Arano Recio y su equipo en la Sección de Restauración del Centro INAH Campeche.

De cada uno de los restos se tomaron placas de rayos X y tomografías en el Hospital de Especialidades de Campeche.

Los científicos que colaboran en este proyecto, incluidos el propio doctor Chatters, de Applied Paleoscience DirectAMS, en el Estado de Washington, y los doctores Vera Tiesler y Andrea Cucina, de la Universidad Autónoma de Yucatán, trabajan intensamente con los restos óseos.

NAIA MEDIA 152 CENTÍMETROS

Como resultado de ese esfuerzo colectivo, ahora se sabe que Naia medía 152 centímetros y pesaba 50.4 kilos cuando estaba bien alimentada, ya que el estudio de sus dientes y sus huesos largos demostró que a menudo pasaba épocas de carencia extrema.

 Se sabe que se rompió un brazo,  pero sanó antes de su muerte, que ocurrió al caer en la oquedad de 60 metros de diámetro y 55 metros de profundidad, conocida como Hoyo Negro.

 Uno de los hallazgos más significativos son múltiples líneas de evidencia, incluyendo el interior de su hueso púbico, que sugieren que Naia pudo haber dado a luz meses antes de fallecer.

El proyecto Naia es una de las investigaciones más importantes que realiza el Instituto Nacional de Antropología e Historia, a través de la Subdirección de Arqueología Subacuática, cuya titular es la maestra Pilar Luna Erreguerena, quien también dirige el proyecto de Hoyo Negro.

Según los especialistas, los hallazgos proponen que la vida de los primeros pobladores de América, o por lo menos de algunos de esos grupos que llegaron a través del Estrecho de Bering, procedentes de Siberia, no fue idílica por encontrarse en una tierra nueva y abundante, sino al contrario, fue sumamente difícil y llena de carencias.

El esqueleto de Naia fue descubierto en 2007 por Alejandro Alvarez, Alberto Nava y Franco Attolini, miembros del Proyecto Espeleológico Tulum, quienes junto con Roberto Chávez Arce y otros miembros del PET, han sido un elemento clave en los trabajos de descubrimiento y recuperación.

Además de los restos humanos, descubrieron fauna pleistocénica extinta, que incluye gonfoterio, tigre dientes de sable, perezoso gigante, cánido y oso, y otros animales todavía existentes, como tapir, puma concolor y murciélago, entre otros.

 Para el estudio de Naia, el INAH ha recibido apoyo de National Geographic Society, Childrens’ Orthopedic Hospital de Seattle y la Universidad de California en San Diego, esta última a través del trabajo de Vid Petrovich y su equipo en el área de diseño de softwares para modelos tridimensionales tanto de los huesos como del sitio. (Martha López Huam)