CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando te duele la cabeza o el estómago, es muy común consumir algún anti inflamatorio como el ibuprofeno, el cual se vende sin receta y que está al alcance de todos.

Sin embargo, un estudio publicado esta semana en la revista European Heart Journal ha concluido que el consumo excesivo de este medicamento incrementa un 31% el riesgo de paro cardiaco.

Pero eso no es todo, este estudio liderado desde el Hospital Universitario Gentofte de Copenhague, también señala el riesgo de consumir antiinflamatorios no esteroideos (AINE), los cuales representan un riesgo superior a la salud; uno de ellos es el naproxeno, el más seguro y se puede consumir hasta 500 miligramos al día.

Según el estudio, el diclofenaco es el más peligroso y hay que evitar su consumo.

“Permitir comprar estos fármacos sin prescripción y sin ningún consejo o restricción manda un mensaje al público de que tienen que ser seguros”, afirma en una nota de la Sociedad Europea de Cardiología Gunnar Gislason, coautor del estudio. “Otros estudios anteriores han mostrado que los AINE están relacionados con un mayor riesgo cardiovascular, algo que preocupa porque su uso está muy extendido”, añade.

Según los autores, los efectos de este tipo de medicamentos se deben a que provocan coágulos, por lo que las arterias se estrechan, se incrementa la retención de líquidos y sube la presión sanguínea.

Como parte de la investigación, los científicos analizaron todos los paros cardiacos registrados en Dinamarca entre 2001 y 2010, así como la información sobre prescripciones de estos medicamentos desde 1995.

De los 28.947 personas que habían tenido un paro cardiaco, 3.376 habían tomado AINEs hasta 30 días antes del ingreso. El ibuprofeno y el diclofenaco fueron los dos medicamentos más utilizados, cubriendo respectivamente el 51% y el 22% del uso total. Respecto al incremento del riesgo de paro cardiaco, el ibuprofeno fue responsable de un 31% y el diclofenaco del 50%. Las edades de las personas que sufrieron estos problemas de salud iban de los 58,7 años a los 78,5.

Así que si consideras su consumo, hazlo de manera moderada y consulta a tu médico.

EL PAÍS.-