PETO.- De los dos prostíbulos que existen en esta villa, en donde laboran 15 mujeres, no existen problemas de salud, pues se hacen revisiones cada mes para detectar alguna enfermedad de transmisión sexual y así evitar la propagación de esas enfermedades.

Aunque las casas de citas no obtienen permisos oficiales es importante tener un control sanitario, por lo que el Ayuntamiento y las autoridades sanitarias vigilan su operación.

Siempre funcionarán en la ilegalidad, porque no pueden obtener permisos oficiales para su funcionamiento, es importante llevar un control sanitario de las casas de citas para evitar la propagación de enfermedades de transmisión sexual, asegura el director municipal de Salud, David Ayala Bacab.

Ayala Bacab y el regidor de Salud, Romualdo Canché Chi, afirman que periódicamente las mujeres que se dedican a la prostitución deben presentar un certificado médico que avale “que no están enfermas”.

—Una vez al mes se hacen las visitas a estos lugares y se les piden sus tarjetas sanitarias para descartar enfermedades como sífilis, gonorrea, VIH u otras de transmisión sexual —puntualizan ambos funcionarios.

—Por lo menos cada tres meses deben presentar el certificado médico y los lugares en donde no cuenten con el documento puedan ser suspendidos inmediatamente, pues nunca recibirán permiso para su funcionamiento como establecimientos.

—Los prostíbulos siempre han funcionado clandestinamente, pero “hasta cierto punto están regulados”, pues las autoridades sanitarias y del Ayuntamiento llevan un control de su operación.

Los funcionarios explican que en esta villa hay dos casas de citas, una en la colonia Miraflores y la otra en la Francisco Sarabia. En la primera ofrecen servicio más de 10 mujeres y en el otro, cinco. Algunas mujeres que son de esta villa y de municipios cercanos, pero también hay quienes provienen de otros estados.

Ambos señalan que toda persona que va a esos lugares sabe del riego que corre y que las autoridades sanitarias buscan que haya “cierto control” para prevenir la propagación de enfermedades de transmisión sexual.

—Se les exige a las mujeres que se dedican a esta actividad que se hagan periódicamente sus revisiones médicas, por seguridad tanto para ellas como para sus clientes —añaden.

Sin embargo, opinan que el sector salud debería ofrecer estudios más efectivos, pues generalmente sólo les hacen “pruebas rápidas que no son 100% confiables”.

El Ayuntamiento, en cambio, exige que los análisis sean en laboratorios, en donde los resultados son más precisos, puntualizan.

Reiteran que la Comuna está al pendiente de los prostíbulos, pues así como hay mujeres que se dedican de tiempo completo a la actividad, otras lo hacen de manera eventual o vienen a la villa sólo los fines de semana.

David Ayala Bacab y Romualdo Canché Chi indican que si bien la Secretaría de Salud del Estado les exige ciertas medidas de prevención a las sexoservidoras, resulta un problema que no les entregan suficientes preservativos, a pesar de que “son necesarios”.

”Si la Secretaría de Salud exige que las mujeres que ejercen la prostitución se protejan, lo menos que deben hacer es darles suficientes preservativos”, sostienen.