MÉRIDA.- Cuando se aborda el tema de la violencia contra la mujer, inmediatamente nos viene a la mente los golpes físicos que recibe. Sin embargo, esa no es la única forma de violentarla, de lastimarla, hay otras que lamentablemente no se conocen o pasan inadvertidos porque vivimos en un país machista.

Los mexicanos, por cultura, creemos que los hombres tienen derechos sobre la mujer porque siempre están por encima de las decisiones femeninas.

Además, la sociedad acepta que el hombre pueda tener una mujer fuera del matrimonio, pero ¿qué sucede cuando el caso es a la inversa? Fácil: a la mujer se le tacha de ser “una cualquiera”.

Cuán equivocados estamos, no nos damos cuenta de sus bondades, de sus valores, de su magia y belleza; menos que urge valorar más el papel de la mujer en la sociedad. O quizá no quieren darle ese valor agregado que se merece.

La violencia se puede ejercer en la familia, con los hijos, con la pareja, en la escuela, en el trabajo y con los amigos.
Incluso, a veces registramos casos de auto-violencia, entre dos personas o de manera colectiva, como el bullying, pero en este artículo sólo abordaremos la violencia hacia la población femenina, para evitarla, prevenirla y como una forma de conmemorar el Día Internacional de la Mujer.

Entre las formas de ejercer violencia contra la mujer destacan la física, psicológica, sexual, económica y el feminicidio.

Cuando recibe empujones, tirones de pelo, cachetadas, torceduras, mordeduras, cortes, golpes con puños, golpes con objetos y palizas se le denomina violencia física, ya que son los actos de fuerza que causan daño, dolor y sufrimiento físico.

Sin embargo, hay otros tipos que causan más daño que la violencia física: los insultos, extorsiones, manipulaciones, amenazas, abandono, discriminación, ofensas y humillaciones.

Ese tipo de violencia psicológica es difícil de percibir porque se presenta de manera sutil y se ejerce de manera verbal.

La violencia sexual es otra forma de lastimar a la mujer, ya que muchas veces sin su consentimiento se le manosea, se le hostiga, se le obliga a ver actos con carga sexual y otras se obliga a tener relaciones sexuales (violación).

Otra forma de maltratar a la mujer es por medio de la violencia económica, ya que no le permiten tener acceso al dinero, ni tarjetas de crédito, pero sí tiene que dar cuentas de todo lo que gasta.

Lo grave del asunto es que, aunque trabaja y aporta dinero al hogar, no participa en las decisiones económicas ni le permiten satisfacer sus necesidades elementales, como comer, vestirse o tener actividades de recreación.

Muchas veces tampoco se le reconoce el trabajo doméstico, con el argumento de que es “su obligación”.

El feminicidio es el tipo más grave de violencia, ya que atenta contra la moral, salud e integridad de la mujer. El abuso de la fuerza y el poder, muchas veces ocasionan la muerte.

En este siglo XXI, urge un cambio en nuestra manera de pensar y de actuar: debemos caminar juntos, tomados de la mano, mostrar con orgullo a la mujer que vive con nosotros, respetemos sus decisiones y proyectos de vida.

Conmemoremos siempre el Día Internacional de la Mujer brindándole cariño, respeto y reconociendo el papel tan importante que tiene en la sociedad, no sólo cada 8 de marzo.