VALLADOLID.- Un grupo de nueve de ejidatarios de la comisaría de Tahmuy, pretendían limpiar una gruta, pero uno de ellos murió y otros tres resultaron intoxicados al respirar gas metano, producido por el excremento de los murciélagos.

La frustada limpieza de una gruta en el oriente de Yucatán, al parecer con fines de aprovecharla turísticamente, en la comisaría de Tahmuy, comisaría de esta ciudad, en un terreno ejidal en donde los socios del núcleo agrario se organizaron para hacer limpieza de la gruta.

El primero en entrar a lo que los antiguos mayas conocían como las puertas del inframundo fue Eduardo Aké Dzib, de 38 años de edad, quien se introdujo con ayuda de una escalera.

La gruta tiene una entrada de tres metros de circunferencia y 20 metros de profundidad, con un estancamiento de agua de poca dimensión.

Al ver que Eduardo Aké no salía, sus compañeros comenzaron a preocuparse y Gustavo Abán Huchim, de 44 años de edad, se introdujo a la gruta para ir a buscarlo.

Al ver que tampoco salía, se comisionó a Óscar Abán Ku para ir por ellos y tras él fue Abraham Israel Abán Várguez al ver que ninguno de los tres anteriores salía.

La historia se repitió y ahora eran cuatro los que no salían de la gruta, lo que preocupó mucho a los demás ejidatarios, que mejor decidieron llamar a la policía.

Al Lugar acudió un vehículo de Bomberos, cuyo responsable, Isidro López Álvarez se introdujo a la gruta y encontró en el interior a Eduardo Aké sin vida, y a Gustavo, Óscar y Abraham inconscientes.

Con apoyo de policías y paramédicos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) se logró el rescate.

Los tres afectados fueron atendidos en el lugar por paramédicos de la SSP y trasladados en ambulancias de la misma corporación al hospital general de Valladolid.

Los ejidatarios respiraron gases venenosos, entre ellos metano acumulado en la gruta a causa del excremento de murciélagos. El guano, al descomponerse, lanza fuertes emisiones de metano, el cual si se respira en espacios cerrados puede ocasionar la muerte.