MÉRIDA.- A poco más de cuatro meses de que se efectúen las elecciones para elegir al nuevo secretario general de la Sección 67 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud, ya suenan cinco candidatos, entre ellos el polémico de Eulogio Piña Briceño (a) “Tío Piña” y el ex secretario y diputado local Alvar Rubio Rodríguez.

Sin una fecha establecida para las elecciones, dos enfermeras, un psicólogo-contador y dos figuras del medio político buscarán liderar a los trabajadores de la sección 67 para el periodo 2017-2020.

Aunque habrá contendientes pocos queridos por los trabajadores, como es el caso de Piña Briceño y de Rubio Rodríguez, primo político de la hoy contendiente por la presidencia de la república Ivonne Ortega Pacheco, se esperan unas elecciones cerradas.

La reelección del “Tío Piña”

A sus 80 años de edad y actual secretario de la tercera edad en el país, Piña Briceño busca su reelección después de haber sido secretario de 1999 a 2002, a pesar de las múltiples denuncias y anomalías que ha cometido a lo largo por su paso por la Secretaría de Salud.

El candidato identificado como la planilla amarilla llegó al poder en el 2014, a pesar de no cumplir con los requisitos de inscripción.

Hoy, apoyado por un gran número de jóvenes que metió al sindicato, busca de manera desesperada la reelección para favorecer a sus “sobrinos” y padrinos políticos.

Además tiene el respaldo de un grupo de gente directamente del sindicato, y parte de hospitales.

Con más de 30 años dentro del sindicato basado en las normas del sindicato Piña Briceño ya debería de estar jubilado, pero a pesar de sus problemas auditivos y los problemas para caminar, no es impedimento para que abiertamente y sin que sean campañas, se pasee por las clínicas de la ciudad y del interior del estado, ofreciendo plazas, contratos y ayuda política para que voten por él.

ANOMALÍAS

Una de las anomalías destacables es la venta de plazas por 35 mil pesos a cambio de un puesto administrativo. Además de favorecer a sus “sobrinos” con puestos y comisiones para que no acudan a trabajar.

El primo de Ivonne Ortega

El querido por muchos y odiado por otros, Alvar Rubio Rodríguez buscará ser por cuarta vez el secretario de la sección 67.

El apoyo que le otorga su polémica prima Ivonne Ortega Pacheco será crucial en estas elecciones, pues la gente no quiere nada con el PRI.

El técnico radiólogo de profesión regresó hace un año y después de haber dejado el cargo en el 2014, ahora realiza reuniones privadas en las que amenaza a sus seguidores con “joderlos” si apoyan a otros candidatos.

Algo que caracteriza a este personaje, que durante más de 25 años se ha beneficiado del dinero del pueblo, es el ser agresivo con la base trabajadora y mantiene al sindicato bajo un ambiente de temor e incertidumbre.

Anomalías

Cuando asumió el cargo en el 2007 estando Ivonne Ortega como gobernadora, Alvar ordenó el despido masivo de gente que no lo apoyó o simplemente que no era de su agrado. Sin embargo estas personas metieron su demanda y pudieron ser reinstaladas en sus áreas laborales.

Dos de sus hijos, así como su chofer, una secretaria y cuatro personas más allegadas gozan de una comisión para cobrar su sueldo íntegro sin ir a trabajar. Hoy en día solo su chofer y su hijo Alvar Miguel Rubio Ortega regresaron a su puesto, este último como trabajador social después de cinco años.

En el 2013 amenazó con una pistola mano y a plena luz del día al doctor Jorge Marín Marrufo, quien interpuso su demanda por agresión. Hasta el día de hoy el señor anda armado sin tener permiso correspondiente.

El discípulo de Alvar

Un fiel creyente y con valores, Denis Sunza Puc, un psicólogo de 35 años y con 12 años dentro del sindicato, busca ser el “caballo negro” de la contienda y quiere ganar para acabar con las anomalías y las arbitrariedades que hoy empañan a la sección 67.

Manchado por el pasado “negro”, ya que fue el principal líder de las campañas de Alvar Rubio, hoy dice estar preparado para trabajar para todos y darle un nuevo rostro al sindicato.

El también contador egresado del Instituto Comercial Bancario, participó como coordinador de campaña de Alvar Rubio tanto dentro del sindicato así como las elecciones para diputado.

Actualmente lleva un año laborando como psicólogo en el Hospital General Agustín O’Horán, en el departamento de la clínica de la mujer, apoyando a las pacientes con cáncer cervicouterino y de mama.

El distractor

La enfermera Lucia Beltrán, con más de 20 años de servicio y quien fue jefa de enfermeras del estado, grita a los cuatro vientos que está apoyada por el gobierno del estado y por eso buscará dar la campanada en las próximas elecciones.

Sin embargo, sólo sería un distractor para los demás contendientes, pues llegado el momento se “uniría” a Eulogio Piña con tal de recibir una parte del pastel.

Desde el año pasado comenzó con sus campañas a puertas cerradas, pero enfocándose en atacar a Alvar Rubio.

De los cinco contendientes ella sería la menos peligrosa para los demás, pero si con gran importancia, pues de unirse a Piña les restaría votos a los demás.

La enfermera de confianza

La ya conocida Josefina Miz y Gómez, ex jefa de enfermeras y jubilada del IMSS, buscará la candidatura, aunque en la elección pasada se vendió vulgarmente y aceptó un cargo en el sindicato nacional para bajarse de la contienda y dejarle libre el camino a Piña Briceño.

Actualmente es secretaria de cultura dentro del sindicato nacional, y tiene más 30 años de servicio.

Tiene comisión nacional lo que le permite no ir laboral, es decir ya lleva más de cuatro años de no ejercer su trabajo y es la única que actualmente no hace campaña dentro del sindicato.

Josefina Miz, de larga carrera en el servicio público, contó con el apoyo de la base trabajadora en las elecciones pasadas, pero los traicionó al bajarse de la competencia.