MÉRIDA.- La irresponsabilidad de Javier Corona, vocero de la dirección de Cultura, y la ineptitud de Valerie Amador Hurtado, causaron que el martes pasado trataran a los empleados como ladrones, que los retuvieran poco más de una hora y que fueran objeto de revisiones de parte de la Policía Municipal, porque el “comunicador” dijo que le robaron una cámara, cuando en realidad se confundió.

Este sujeto dijo que en su inventario tenía cinco cámaras fotográficas –baratonas-, y que sólo habían cuatro, de modo que su jefa Valerie, en lugar de decirle que él debía reponerla porque es su responsabilidad, mandó llamar a la policía municipal por robo y de 3:30 de la tarde a 4:30 los empleados de Cultura –unas 30 personas-, fueron objeto de revisiones, pues no los dejaron salir.

Finalmente, Javier Corona dijo que se equivocó, que en realidad sólo había cuatro, pero su irresponsabilidad, y la ineptitud, falta de experiencia e incapacidad de Valerie hicieron que trataran como ladrones a los empleados.

Ayer miércoles, quizá por remordimientos o sentimientos de culpa por su ineptitud, Javier Corona pidió el día, de modo que sólo “checó” entrada  y se fue a su casa.

Valerie Amador es subdirectora de Innovación Cultural, un cargo que le creó Irving Berlín VIllafaña, ex director de Cultura, despedido porque le dio hueva hablar de la muerte de Juan Gabriel. Creó el cargo para rescatarla y que siga viviendo del erario.