MÉRIDA.- La juez de control Blanca Beatriz Bonilla González imputó por el delito de robo calificado al delincuente reincidente Juan Gerardo Aguilar Torres (a) “Och”, que ahora está preso por el hurto de una bicicleta.

Aguilar Torres ha hecho de las suyas por todos lados y los vecinos de la Amalia Solórzano, Fidel Velázquez, fraccionamientos y colonias aledañas, ya no saben qué hacer con este sujeto que siempre es liberado.

La última ocasión que cayó en manos de la ley fue el 8 de octubre pasado, luego que vecinos de la Fidel, al ser víctimas de este sujeto, se le fueron encima y por nada del mundo lo linchan, al igual que su hijo César, que también es una fichita.

Agentes de la Secretaría de Seguridad Pública tiraron balazos de goma contra los justicieros, pero nada más le atinaron al “Och”.

La juez decretó prisión oficiosa hasta el 13 de febrero próximo y la audiencia de vinculación se programó para el sábado 19 del presente. Fue denunciado en esta ocasión por Gerardo Efraín Méndez Dorantes, por el delito de robo calificado.

A las 22:30 horas del viernes 11 de noviembre, el “Och” ingresó a un predio de la calle 15-F entre 8-A y 8-B del fraccionamiento Vergel 65.47-7

Se apoderó de una bicicleta con canasta, siendo que el denunciante se percató del hecho y salió tras del imputado, quien se subió a la nave y emprendió la huida, pero fue perseguido por la víctima, que solicitó auxilio a elementos de la Secretaría de Seguridad Pública que transitaban por el lugar, a quien les indicó lo sucedido, logrando detener al imputado momentos después.

El “Och” se reservó el derecho a declarar y, conocedor del Nuevo Sistema de Justicia Penal, solicitó la duplicidad de plazo constitucional para resolver su situación jurídica.

Lo más seguro es que en poco tiempo de nuevo esté en las calles para fastidiar al prójimo, pues no aprende y es que por sus malas mañas su esposa Lucinda Cauich Tun, hace tres años fue muerta de un balazo por agentes de la Policía Ministerial, luego que saliera en defensa de su marido y tratara de herir con unas tijeras al policía, que iba a detenerlo, porque también es narco.