MÉRIDA.- Una gran tarde de toros vivió ayer la Plaza Mérida, con un 97 por  ciento de su cupo y con el corte de dos orejas de parte de los matadores Arturo Saldívar y Diego Silveti, mientras que el rejoneador español Andrés Romero pasó las de Caín y en su segundo toro fue abucheado por el respetable.

El encierro en general fue malo, con toros con trapío pero descastados, y faltos de fuerza, que se quedaban parados y tenían medio recorrido al embestir. El mejor toro fue el segundo de Saldívar, al que le dio siete tandas, dos de ellas por el pitón izquierdo, y un buen espadazo, que le valió una oreja.

1El paseíllo comenzó a las 4:31 y el primer toro se llamó Xcatic y peso 470 kilos, al cual toreo  el cabalista Andrés Romero, sin pena ni gloria;  este rejoneador dejó mucho que desear, pues le falta calidad y clase, esa que le sobra a Pablo Hermoso de Mendoza.

El segundo toro fue Habanero, de 520 kilos, que le correspondió a Saldívar, quien vistió de oro y tabaco, y fue el más malo de la tarde, un toro parado, que miraba mucho al torero. Saldívar mató al segundo viaje.

La calidad y la elegancia de David se dejaron ver en el tercer toro, de nombre Xnipec, un toro falto de fuerza, al que el matador supo llevar, le dio tiempo entre las tandas, de modo que burel se recuperaba y poco a poco tejió una buena faena, coronada por una buena estocada, que le valió una oreja al hijo de David Silveti.

Contra lo acostumbrado el cuarto toro fue para Saldívar -1K, de 495 kilos, que fue el mejor de la tarde y el torero lo sipo aprovechar, de modo que le dio mucha tela y la faena se alargó, para el deleite del publicó, que al final, luego de una buena estocada del matador, presionó al juez para que entregara una oreja.

El segundo toro de David fue Xtabentún, de 520 kilos de peso, malo y parado.  Andrés Romero no tuvo suerte en su segundo toro y pasó trabajos al matarlo, de modo que fue abucheado.

A la mitad de la corrida actuaron los recortadores goyescos, que deleitaron al público con sus suertes.

Al empresario Alberto Basulto le quedó claro que para las corridas de toros el mejor escenario es la Plaza Mérida, y ayer lo comprobó, con un éxito al abrir la temporada taurina, que incluyó la inauguración del bar “Portagayola”, que por cierto  se quedó sin cervezas al final de la corrida.