MOTUL.- El tranquilo desayuno de Enrique Martínez González estuvo a punto de convertirse en tragedia, luego que por poco se asfixia cuando comía huevos motuleños y, luego que un paramédico lo arrebató prácticamente de la “huesuda”, del susto el señor estuvo a punto de sufrir una embolia.

Eran las diez treinta de la mañana de ayer domingo, cuando don Enrique desayunaba, como todos los domingos, en compañía de sus familiares unos ricos huevos motuleños en los altos del mercado “20 de noviembre”.

Sin embargo, de repente se le atoró el huevo en la garganta lo que propició que se atragantara y comenzara a asfixiarse, lo asustó a sus parientes y demás comensales del centro de abastos, que pidieron ayuda a paramédicos de la policía municipal.

El paramédico Ángel Casanova llegó al lugar de los hechos y vio que don Enrique, de 71 años de edad, ya se encontraba más para “allá que para acá”, de modo que lo volteó boca abajo y de un fuerte movimiento en la espalda hizo que el anciano escupiera la comida, de modo que prácticamente  se lo arrebató a la “huesuda”.

Familiares don Enrique agradecieron la excelente labor del paramédico, ya que le salvó la vida a su familiar, cuando muchos de los presentes ya lo habían dado por muerto.

El señor fue trasladado de inmediato a la clínica del seguro social, abordo de la ambulancia de la policía municipal, para su atención ya que presentaba principio de embolia.