CIUDAD DE MÉXICO.- “Les puedo decir que el Presidente de la República toma Coca-Cola todos los días… Coca-Cola Light. Espero que esta sea una buena publicidad para los productos de ustedes, o no lo sé ya, pero me confieso como consumidor de sus productos”, dijo el Presidente Enrique Peña Nieto el pasado 8 de septiembre, al inaugurar el Centro de Innovación y Desarrollo de Coca-Cola para Latinoamérica, en la Delegación Azcapotzalco en la Ciudad de México.

La frase del Primer Mandatario causó una inmediata reacción de los usuarios de redes sociales, que tomaron en son de burla la confesión.  Pero, más allá de eso, especialistas en salud alimentaria se refirieron al conflicto de interés que suscitan sus palabras y, en particular, al mensaje que manda el Jefe del Ejecutivo federal: “consuman este refresco, no importa los efectos nocivos que tenga para su salud”.

México es el país con el mayor consumo de refresco en el mundo –con más de 163 litros per capita al año–, así como de pastelillos –con 19 kilogramos por persona anuales–. Pero, a cambio, también se tienen 8 millones 600 mil diabéticos por sobrepeso u obesidad, de acuerdo con el estudio “Kilos de más, kilos de menos: Los costos de la obesidad en México”, elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

La diabetes, plantea esa investigación, es la segunda causa de muerte entre los mexicanos, por lo que tan sólo en 2013 cobró la vida de 89 mil 492 personas.

SIN EMBARGO.-