PROGRESO.- En lo que es un rito milenario, una tortuga carey, que viaja miles de kilómetros para llegar a la playa, desovó 135 huevos en el Playón Poniente y luego de realizar esa labor, que entre la preparación del nido, el desove y el entierro del mismo le llevó tres horas y media, volvió al mar.

Los pescadores José Acosta Azueta y  Alberto José Pérez Ojeda avisaron al departamento de Ecología municipal, que recolectó los huevos y los llevó al campamento tortuguero del Centro de Estudios Tecnológicos del Mar (Cetmar), que está a cargo del ingeniero pesquero Jorge Aménica Calderón. ,

El ribereño Pérez Ojeda, quien se encontraba en el campamento pesquero del playón poniente, se percató que alrededor de la 1:30 de la madrugada una tortuga carey, de poco más de un metro salía del mar y lentamente avanzaba a la playa.

Los perros comenzaron a ladrar para ahuyentar al quelonio, pero la carey avanzó y comenzó a excavar en la arena para depositar sus huevos, preparar el nido le llevó a la tortuga una hora.

Alberto Pérez ahuyentó a los perros que no dejaban de ladrar y se quedó cerca vigilando para proteger a la carey, que una vez que preparó el nido se dispuso a depositar sus huevos. La tortuga permaneció en la playa unas tres horas y media, luego enterró el nido con la misma arena que removió y retornó al mar.

Pérez Ojeda espero al amanecer y cuando llegó Acosta Azueta, para salir a pescar, le explicó que horas antes había salido a desovar una tortuga carey, pero que el nido peligraba por los perros que viven en el campamento pesquero, de modo que los dos ribereños se dieron a la tarea de ubicar el nido para localizar los huevos.

Una vez que ubicaron el nido, los ribereños avisaron a Ecología municipal y personal de esa dependencia se hizo cargo del rescate, en  total fueron 135 huevos que depositó la carey.

José Acosta y Pérez Ojeda indicaron que el sargazo que personal del Ayuntamiento entierran en la playa, así como la barredora mecánica para limpiar las playas, representan un peligro para las tortugas, porque los quelonios al salir a desovar se encuentran con que hay algas enterradas y les es difícil hacer su nido.

Los nidos de los quelonios, agregó, Acosta Azueta también corren el riesgo de ser destruidos por la barredora mecánica que recorre la playa, pues el operador ignora en que parte del playón las tortugas depositaron huevos, por ese motivo se avisó a Ecología para que rescatara los huevos y los llevaran a un lugar seguro. La playa puede ser limpiado pero sin usar la maquinaria-