PROGRESO.- El lunes festejaron a la virgen de la Medalla Milagrosa, con una misa en la playa, el tradicional  paseo en el mar en lanchas y la procesión por las principales calles de la comisaría.

La festividad, que se inició el viernes 12 con la bajada, ayer lunes incluyó un baile por la noche en los corredores del local del comisariado municipal y una corrida de toros por la tarde, en el coso taurino instalado en el campo de béisbol. El domingo próximo concluirán los festejos con una misa y la procesión.

La misa se realizó por segundo año consecutivo en la playa, a la orilla del mar, y la concelebraron los presbíteros Juan Ismael Sánchez Domenzaín, párroco de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, y Gabriel Us Calvillo, ex párroco de ese puerto, y el diácono permanente Víctor Valle Aguilar.

La venerada imagen fue trasladada por los custodios desde la iglesia parroquial hasta la playa, en donde a la orilla del mar se instaló el altar. En medio de cánticos la patrona del puerto fue recibida por numerosos feligreses, quienes a invitación del párroco Juan Sánchez repitieron “madre milagrosa me pongo a tus manos amorosas”.

-Hoy celebramos a nuestra madre, reina del cielo, festejamos a María en su advocación de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, pero su mero día, es el 27 de noviembre, así  que son dos momentos que vivimos durante el año –dijo el padre Juan Sánchez.

Antes de comenzar con su homilía, el párroco dijo que hace tres meses que llegó a Chelem para hacerse cargo de la parroquia, pero que en las misas sólo ha visto a personas de Mérida y preguntó ¿en dónde está la gente de Chelem?, -seguramente vendiendo cremitas de coco, cocos helados –se respondió.

-Dicen que cuando termine la temporada se van a acercar a la iglesia y acudirán a misa, pero así como hay tiempo para trabajar, salir a pescar, dormir y comer, también debemos darnos tiempo para acudir a la iglesia y orar al Señor –dijo.

El padre Sánchez le dijo a un vendedor que estaba en la misa que no podía vender durante la eucaristía, que era una falta de respeto, que después podía hacerlo.

El sacerdote dijo que la Virgen María, como madre, intercede por sus hijos y es la que ayuda a la salvación del cristiano, a quien siempre debemos recurrir por medio de la oración.

Después de la misa se realizó el tradicional paseo en el mar y luego en procesión por las principales calles de la localidad y después trasladaron a la Medalla Milagrosa a la iglesia parroquial, en donde fue venerada por los católicos.