MÉRIDA.- William Israel Torres Cardeña no tiene remedio, pues ahora está siendo proceso por el delito de violación en grado de tentativa en agravio de una señora de 69 años de edad, a la que por poco ultraja a plena luz del día en la confluencia de las calles 79 con 80, del centro.

Cabe mencionar que este sujeto cuenta en su haber delitos de la misma naturaleza y hasta robo con violencia, y siempre ha fingido que está mal de la cabeza.

En julio pasado dejó el penal meridano, después de ser condenado por robo con violencia, al asaltar a un habitante del rumbo del centro con un tubo de metal, con el que lo golpeó para despojarlo de su teléfono celular.

Y en mayo del 2013, cuando pasaba por la calle 70 entre 71 y 73, del centro, vio junto a él a M.C.B.S., que le pareció bastante atractiva y perdió los estribos, por lo que estando frente a ella, extendió su mano y le pegó tremendo apretón a la vagina de la mujer sobre la ropa.

Aprovechó el desconcierto de la agraviada y le bajó su bulto, que tenía 4 mil lanas, una botellita de agua, unos lentes, etc., que se llevó en calidad de recuerdo.

Sin embargo, no contó con que la afectada se molestara tanto que fuera en su persecución, cosa que vio una persona y dio parte a la policía.

Ahora, la juez de control Blanca Beatriz Bonilla González lo imputó por delito de violación en grado de tentativa, en agravio de una señora de identidad reservada y decretó en su contra la medida cautelar de 8 meses de prisión. También fijó para el martes 23 de agosto la audiencia de vinculación.

El 15 de agosto, a las 17:35 horas, el imputado se encontraba en la confluencia de las calles 79 con 80 y al ver a una mujer de la tercera edad, que en esos momentos caminada en dirección a su domicilio, la interceptó.

Empleando la violencia física intentó introducirle su pene en la vagina de la mujer y para ello la jaló con fuerza de sus brazos hasta tirarla sobre el pavimento, cayendo sobre ella, logrando así someterla, para enseguida meter sus dedos en su parte íntima.

Sin embargo, la mujer opuso resistencia y empezó a gritar pidiendo ayuda.

Unos vecinos del lugar llegaron para auxiliarla y uno lo jaló, evitando que pudiera lograr su fin e intentó darse a la fuga, pero fue detenido y entregado a la policía.