MÉRIDA.- Todo mundo sabe que el ejercicio es indispensable para tener una salud mejor y que necesitamos aplicarnos al menos 30 minutos al día.

Sin embargo, un nuevo estudio nos hace ver que más allá del ejercicio, es indispensable mantener una buena forma física si queremos seguir con vida.

Un estudio realizado en Suecia reveló que el mal estado físico es el segundo mayor riesgo al que nos podemos enfrentar al desencadenar la mortalidad general, pero también como factor clave para que terminemos sufriendo algún tipo de enfermedad cardiovascular.

Los responsables de la investigación han sido los miembros de la Academia Sahlgrenska, que forma parte de las instituciones vinculadas a la conocida universidad de Gotemburgo, en la cual ya se han producido con anterioridad otros estudios relacionados muy valiosos en el sector de la salud.

Se decía que para tener una salud óptima, se tenía que evitar el colesterol alto o revisar la presión arterial para que no alcanzara unos niveles demasiado elevados. Sin embargo, en Suecia avalan que hay más mortalidad en no tener una presencia física lo suficientemente sana, la buena noticia es que se trata de una condición que deriva en mortalidad que se puede corregir de una forma práctica y sencilla, dado que lo único que tenemos que hacer es comenzar a practicar algún deporte u otra actividad física.

¿En qué consistió el estudio? Se estudiaron más de 600 casos de varones que se sometieron a pruebas físicas con la intención de analizar cuáles eran los resultados en lo relacionado con el VO2 (el consumo máximo que se realiza del oxígeno como medida aeróbica). El estudio comenzó en el año 1963 y sería un trabajo a largo plazo, dado que la intención de los autores de la investigación sería ver cómo evolucionarían estos voluntarios. En más de 100 casos, ya en la década de los 60, se llegó a la conclusión de que había personas que por su mal estado de forma no podrían ni siquiera participar en las pruebas necesarias para obtener los resultados.

Otros casos, con el paso de las décadas, fueron reflejando las consecuencias de mantener un buen estilo de vida y de forma física o uno especialmente malo. El trabajo terminó en el año 2012, cuando todos los participantes del estudio, que habían comenzado en el mismo una vez superados los 50 años, ya habían cumplido 100 años o habían fallecido en el proceso. Cada periodo de diez años se llevaría a cabo un control a fin de comprobar los resultados y poder realizar una escala que reflejara la importancia de la forma.

Con estos resultados en las manos los responsables del estudio reconocen que quizá se han concentrado demasiado en acabar con el tabaquismo cuando, en realidad, tendrían que haberse puesto manos a la obra en la lucha contra el sedentarismo.

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