MÉRIDA.- Acusado de negligencia médica, el doctor Fernando González Álvarez fue detenido y enviado al reclusorio meridano, pues sin ser cirujano plástico le practicó una lipoescultura a una mujer, la cual estuvo a punto de morir debido a una sepsis generalizada, al contraer una seria infección en los glúteos.

El médico sin ética profesional fue aprehendido por mandato del juez cuarto penal, Jorge Andrés Vázquez Juan. El médico general oyó la denuncia que interpuso en su contra la señora Romina Dolores Medina Canul.

En la denuncia, la mujer indicó que se enteró que en la clínica “Santa Fe”, ubicada en el predio número 51 A de la calle 20 entre 1 H y 3 de la colonia México Norte, le podrían aumentar el tamaño de las nalgas por un módico precio.

Acordaron que primero le sacarían la grasa de la barriga y se la pondrían en las pompis, cosa que le saldría en 16 mil pesos, de los cuales dio 12 mil.

El 17 de agosto de 2013 se efectuó la cirugía, con supuesto éxito, pero el 31 de ese mes la mujer empezó a sentir que se le entumían las piernas y el glúteo izquierdo presentaba una herida supurante. La otra nalga también se le infectó y cuando acudió con el doctor que la operó éste le recetó unos Tafiles y con una jeringa le extrajo el pus.

Por tal motivo, tuvo calentura y dolores tan intensos que su esposo le pidió al doctor copia del expediente, pues la mujer no mejoraba,y el 9 de septiembre se desmayó y fue ingresada al Star Médica y de ahí trasladada a la Clínica Pensiones, en donde le salvaron la vida, después de permanecer una semana en terapia intensiva.

Tuvo necrosis en ambos glúteos, anemia y una afección severa en los riñones, teniendo secuelas permanentes y requirió otras cirugías para corregir en algo lo que le habían mal practicado.

El Sector Salud dijo que la clínica “Santa Fe” sólo debía prestar servicios de consulta externa, que sus médicos sólo contaban con conocimientos mínimos y el lugar carecía de quirófano.

Además, salió a relucir que este médico carecía de conocimientos y habilidades especiales para practicar cirugías cosméticas.

El galeno se reservó su derecho a declarar.