AUSTRALIA.- Un frío y agotado aeronauta y sacerdote ortodoxo ruso tuvo un aterrizaje un poco rudo en el interior semidesértico de Australia, pero logró batir un récord mundial al volar, solo y sin paradas, en un globo aerostático que le dio la vuelta al mundo en 11 días.
Fedor Konyukhov, de 65 años de edad, aterrizó a 160 kilómetros al este de la ciudad de Northam, donde comenzó su viaje el 12 de julio, dijo el coordinador de vuelo John Wallington. “Aterrizó y está sano y salvo. Está feliz”, aseguró Wallington en el lugar de aterrizaje. “Es simplemente increíble”.

La góndola de Konyukhov —una caja de fibra de carbono de dos metros de alto, dos metros de largo y 1.8 de ancho— rebotó dos veces en un tramo de más de 200 metros en un campo vacío antes de que el equipo de apoyo lo anclara para evitar que el globo en proceso de desinflamiento siguiera arrastrándolo, dijo Steve Griffin, un miembro del equipo.

La góndola se arrastró por el suelo durante 15 minutos tras tocar tierra en un rancho de ganado en el estado de Queensland. “Tiene una contusión en la mejilla, pero prácticamente está ileso”, detalló Griffin.

El estadunidense Steve Fossett también comenzó en Northam para fijar un récord de 13 días y ocho horas en su viaje de 33 mil kilómetros en 2002.

Konyukhov, quien también es sacerdote ortodoxo, tomó una ruta más larga, que completó en 11 días y seis horas.
Seis helicópteros siguieron al globo de 1.6 toneladas para ayudarlo a aterrizar en algún lugar de la poco poblada extensión de Outback.

El equipo de Konyukhov había indicado que aterrizar el globo podría ser la parte más difícil y peligrosa del viaje.
Una de los momentos más difíciles de su aventura fue cuando Konyukhov se vio arrastrado por el viento hacia el Círculo Polar Antártico en la penumbra del invierno, donde las temperaturas afuera de la góndola bajaron a 50 grados Celsius bajo cero, ya que el sistema de calefacción no pudo hacerles frente al clima.

“Da miedo estar tan al sur y lejos de la civilización (…) Este lugar se siente muy solitario y remoto. No hay tierra, no hay aviones, no hay barcos. Solo una capa delgada de nubes abajo de mí y un horizonte oscuro al este”, escribió Konyukhov en su sitio de internet.

El cruce del océano Índico también fue una de las partes más difíciles del viaje.
Sin embargo este exitoso viaje fue el máximo logro del hombre que nació el 12 de diciembre de 1951, cerca del Mar negro, ya que desde muy joven hizo varias cosas para conocer el mundo e incluso ya le ha dado la vuelta cuatro veces.

También ha cruzado el océano Atlántico en 15 ocasiones, una de éstas en una en un bote de remos. También destaca que es la primera y única persona, de la que se tiene registro, que ha alcanzado los cinco polos extremos de la Tierra.

A ello se suma que es miembro de la Unión de Periodista de Rusia, autor de 16 libros y de 3 mil pinturas artísticas.

MILENIO.-