MÉRIDA.- A pesar de la disminución del índice de depresión que se registra en Yucatán, en lo que va de 2016, el número de suicidios aumenta de manera notable, ya que hasta el momento son al menos los 64 los casos confirmados, informó la Secretaría de Salud federal.

Hasta el momento, en los diversos nosocomios distribuidos en México, tanto públicos como privados, ya se atendieron a 39 mil 527 personas, cuando en el mismo período del año anterior la cifra fue de 34 mil 940 casos, con un aumento del 113 por ciento.

En la Península de Yucatán, el incremento también se registra en Campeche y Quintana Roo, con el 24.7 y 58.6 porcentual, respectivamente.

Sin embargo, en Yucatán hay un decremento del 31.4 por ciento, ya que por lo pronto hay 457 personas que fueron atendidas por este problema de salud mental, cuando en 2015 llegó a 666.

Asimismo, de acuerdo con el especialista del Centro de Investigaciones Regionales “Hideyo Noguchi” de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), José Luis Góngora Alfaro, la depresión aumenta considerablemente en el Estado debido a nuevos factores, tal el caso de la avalancha de información y el mayor acceso a la tecnología

Abundó que dicha problemática, patología de la que nadie está exento a sufrirla, provoca un elevado aumento del consumo del alcohol y las drogas.

Al final, ello conlleva al suicidio, y aunque es mayor el número de mujeres con depresión, es mayor la cantidad de hombres que logran quitarse la vida.

“Ni ricos y pobres son inmunes a la depresión”, expresó al establecer que también afecta a la población de la zona rural y a la urbana.

La diferencia radica de que en el segundo rubro, se tiene más acceso al apoyo de especialistas y cuentan con la información para aliviar su problema, en especial, las personas con mayor cultura.

El entrevistado aseveró que “no tengo las estadísticas, pero sí puedo decir que no hay diferencia entre quienes viven en la ciudad con los que están en el campo”.

Las tasas de alcoholismo son elevadas en la ciudad y en el campo, debido a que las adicciones evaden a las personas de los problemas que generan desesperanza y depresión, acotó.

Reconoció la estrecha vinculación entre el alcohol y las tendencias depresivas, que al final conllevan al suicidio.

Aseguró que “la persona con depresión se mete al alcoholismo y otras drogas en un intento por salir de sus problemas”.

Abundó al expresar que esta enfermedad no transmisible afecta tanto a hombres como a mujeres, además que puede aparecer a cualquier edad.

Sin embargo, quienes tienen niveles educativos que permiten leer y hacer cosas para modificar su estilo de vida y aspectos que inducen a la depresión tienen más posibilidades de resistir o salir del problema, enfatizó.

Con respecto al impacto que tiene en las personas la paz social de una ciudad con respecto a otras, el académico de la UADY manifestó que “el hecho de que una sociedad esté en paz no significa que las personas tengan una tranquilidad interior”.

Góngora Alfaro diferenció la paz social con la paz interior, al establecer que en el caso de la segunda, es el estado en el cual las personas tienen pensamiento de desesperanza.

Asimismo, en torno al estilo de vida occidental, reconoció los beneficio pero también los perjuicios, tal el caso del estrés mental.

Ejemplificó el caso de la avalancha de información que por un lado se considera buena pero por otro hay personas que no pueden lidiar, especialmente, con lo negativo.

Expresó que genera una sensación de vulnerabilidad en el ser humano, y el problema se complica aún más con el mayor acceso a la tecnología, ya que las personas, en especial, los jóvenes se alejan del vínculo social.