PROGRESO.- Abandonado por el Ayuntamiento que preside José Cortés Góngora, el muelle pesquero de La Caleta está sucio y contaminado, pues desde hace poco más de seis meses no se le da mantenimiento, de modo que tiene mucha basura acumulada.

nEn La Caleta tienen su base unas 300 embarcaciones ribereñas, en las que laboran unos 1,000 pescadores, quienes se dedican a la pesca de sardina, mero, pulpo y pepino de mar. Todos los días hay actividades en este muelle.

Los pescadores descargan sardina, raya y especies de escama, las vísceras de las especies marinas son depositadas en la dársena o se tiran en los muelles y sirven de alimentos a pelícanos y gaviotas.

Ayer sábado un permisionario compró raya que trajeron lanchas ribereñas, producto que en los muelles se encargó de prepararlos para su venta en congeladoras. Un pescador ribereño capturó un esmedregal de 35 kilos, el cual se vendió a $70 el kilo

Los pescadores admiten que la dársena de maniobra está contaminada y llena de basura, en especial de botellas de plástico y recipientes que se usan para comida, además de desperdicios que se tiran de las embarcaciones y llegan del estero arrastrados por los vientos del sur.

Los pescadores señalan que la dársena no recibe mantenimiento e indicaron que cuando La Caleta estaba a cargo de la Administración Portuaria Integral (API) personal de esa dependencia se encargaba todos los días de recolectar la basura del muelle y sacaba de la dársena los plásticos y toda clase de desperdicios que recalan en la laguna.

Pero la API cedió La Caleta al Ayuntamiento y durante un tiempo se dedicaron a darle mantenimiento al muelle, se recolectaba la basura, reparaban las luminarias y las tomas del agua y de electricidad, pero desde hace más de seis meses que dejaron de prestar esos servicios, indicaron los entrevistados.

Gedeón Velázquez, quien compra sardina en La Caleta, explicó que hay contaminación en La Caleta, la basura que se acumula lo arrastran las corrientes del sur, de modo que es visible la acumulación de botellas de plástico y otros desperdicios que recalan en el muelle, pero nadie lo retira, pues los pescadores se dedican solo a sus quehaceres.