PROGRESO.- A lo largo de los años se creó un pueblo sin ley, de gente foránea, en su mayoría, en donde las drogar y el alcohol corrían libremente y hoy todos los que viven en Flamboyanes lo pagan caro, incluso los policías municipales.

Violento desde hace años, Flamboyanes ha sido objeto de muchas acciones pero sigue igual como se demostró el domingo pasado, cuando un sujeto llamado Baldomero Alvarado, de 26 años y al parecer drogadicto, macheteó a dos policías a los cuales por poco y les arranca un dedo y una oreja.

De acuerdo con reportes proporcionados por el comandante Mario Humberto Caamal Salas, director de la policía municipal, a las dos de la tarde los policías destacados en Flamboyanes, entre ellos  Carlos León y Jesús Antonio Carrillo Pech, de 45 y 28 años de edad, respectivamente, acudieron a prestar auxilio a una mujer que era golpeada por un hombre, al parecer su esposo o pareja.

El sujeto, al que los vecinos identificaron como Baldomero Alvarado, de unos 26 años de edad, machete en mano recibió a los dos policías y los atacó para evitar ser detenido; el agente Carlos León vio venir al atacante y trató de esquivar el golpe que iba directo a su cabeza, pero el machetazo le causó una lesión en la oreja izquierda y comenzó a sangrar.

El policía Carrillo Pech recibió un machetazo, pero metió la mano para evitar que le cortaran la cabeza y le cortaron un dedo que por poco y se lo desprenden. El uniformado también comenzó a sangrar profusamente.

Otros agentes que llegaron al lugar de los hechos lograron someter a Baldomero Alvarado y lo trasladaron  a la comandancia policiaca, más tarde sería consignado a la Fiscalía estatal acusado de intento de homicidio.

Los dos policías atacados fueron ingresados a la sala de urgencias del Centro Médico Americano para su atención e intervención quirúrgica para salvarles la oreja y el dedo, respectivamente.

El ataque a los dos policías hizo recordar que hace algunos años en la misma comisaría de Flamboyanes, un policía que participaba en un operativo para detener a unos vándalos recibió una pedrada en el ojo y lo perdió.