MÉRIDA.- El estado cuenta con interesante construcciones que son parte del patrimonio arquitectónico de los yucatecos y en esta nota te mostraremos ocho iglesias y ex conventos que te invitamos a recorrer, y ya verás que no te arrepentirás.
En Izamal está el convento de San Antonio de Padua, que fue fundado en 1549 por los frailes franciscanos, pero no fue sino hasta algunos años después cuando se inició su construcción, bajo el cuidado de Fray Diego de Landa. Se erigió sobre las ruinas del antiguo edificio prehispánico conocido como Pap-Hol-Chac.
En 1562 las obras llegaron a su fin y el mismo Fray Diego de Landa trajo una imagen de la Inmaculada Concepción desde Guatemala; así, con el tiempo Izamal se convirtió en el santuario mariano más importante de Yucatán.
En Muna se encuentra el Templo y Ex Convento de la Asunción; fueron los franciscanos quienes fundaron su convento, posiblemente a fines del siglo XVI. La iglesia se empezó a construir en 1691. Presenta perfiles barrocos en el remate de su portada y su espadaña. Es una bella composición de volumen y ligereza formada por la pesadez de su fachada y el calado de sus ágiles espadañas.
En el municipio de Umán está la Parroquia de San Francisco de Asís, tiene adosada a su bella y gran iglesia parroquias que data del siglo XVIII, una capilla abierta con espadaña de la época. Es una de las pocas que han permanecido exentas de reconstrucción posterior.
En sureste, está la Parroquia y Ex convento de San Francisco de Asís en Oxkutzcab, la cual tiene la fachada semejante a la de Maní, siendo más decorada la portada dentro de este hibridismo de plateresco con barroco que se da en Yucatán. Flanquean el frontón y la ventana del coro unos jarrones tan plenos y carentes de volumen que parecen dibujados. Al fondo del atrio, del lado del Evangelio está la primitiva capilla abierta con una gran torre de minarete; quizá elemento único. La iglesia tiene planta basilical con una bellísima cabalgadura de arcos rebajados. Su construcción se realizó de 1548 a 1557.
Por la región de Motul encontramos el convento de San Juan Bautista que se construyó en 1567 y que es renacentista; cuenta con dos bases historiadas que reciben sendas columnas rematadas por breves entablamentos, las que a su vez reciben un frontón abierto en la base de la ventana del coro.
Otro de los testimonios secularizados en Yucatán de una gran originalidad, es la iglesia de San Francisco de Asís en Yaxcabá, que cuenta con una torre central flanqueada por dos laterales más pequeñas que se empotran a lo que pudo ser una fachada común. Yaxcabá aún conserva adosada a la iglesia, trincheras y parapetos utilizados en la guerra de Castas.
En Yotholin, municipio de Peto, está el Templo de San Buena Ventura, el cual cuenta con 16 campaniles. A esta iglesia de 1751 está adosada una capilla abierta que quedó integrada con todo y su original espadaña al muro testero.
En oriente del estado, en Valladolid se encuentra el convento de San Bernardino de Siena, el cual fue fundado durante la segunda mitad del siglo XVI. Su autoría se atribuye al ya conocido fray Juan de Mérida. Terminado en 1560 como lo indica una cartela. Sus muros albergaron episodios de la guerra de Castas, pero la incuria fue la principal picota que destruyó techos, muros y la extraordinaria huerta de que gozó fray Alonso Ponce y fray Antonio de Ciudad Rodrigo, al dejarnos el relato de la belleza de este conjunto.
En el municipio de Dzidzantún encontramos el Templo Franciscano, construido por fray Lozano de Bienvenida en 1567. Es sencillamente titánico y de una elegancia estructural, ya que tiene una prolongada portería que se acoge en un ángulo formado por la nave de la iglesia y el convento hacia el sur. La anchura de sus muros hace que los contrafuertes empotren generosamente en ellos, dando una impresión más plástica que estructural a su función. Las ventanas se abocinan como si se tratara de dos épocas constructivas.
Estos son monumentos a una fe, a todo un pueblo que ha sabido mantener sus tradiciones y legados, estas piezas arquitectónicas son grandes construcciones que persiste callados el paso del tiempo.