MÉRIDA.- En los últimos 20 años, más de la mitad de la vegetación natural del estado de Yucatán ha sufrido un severo deterioro y cambios relevantes a causa de las actividades humanas. La deforestación y la degradación representan uno de los principales problemas que ponen en riesgo la sustentabilidad del territorio estatal.

La superficie con cobertura de selvas representaba cerca de 3 millones 208 mil 600 hectáreas en el año 1970 y en el año 2000, son 2 millones 234 mil 800 hectáreas, lo que significa una pérdida anual de 1% en promedio en ese lapso.

Sí se preserva esta tasa anual de deforestación, las comunidades mayas identificadas en un nivel de alta marginación, estarían incrementando su vulnerabilidad ante el cambio climático y el riesgo de un colapso en su seguridad alimentaria.

Este hecho es producto de la presión de las actividades agropecuarias como la agricultura de temporal itinerante y la conversión de selvas a pastizales para el desarrollo de las actividades pecuarias.

Uno de los principales factores de cambio que trae como consecuencia la deforestación y por tanto la fragmentación del hábitat es el crecimiento de la frontera agrícola derivado de las prácticas de roza-tumba y quema, característicos del sistema de milpa de las familias rurales de bajos ingresos del que provee alimentos, principalmente maíz, para la subsistencia de sus hogares, y una parte de la selva  se mantiene para su uso futuro y presente para el abastecimiento de leña y materiales para la vivienda tradicional.

El problema se exacerba ya que cada vez se hace un uso intensivo del territorio y se deja menos tiempo y espacio para recuperar la vegetación degradada bajo este sistema tradicional pues la baja productividad de los suelos para fines agrícolas, la carencia de una tecnificación sustentable de las prácticas agrícolas y el crecimiento de los requerimientos alimenticios de la población rural en situaciones de pobreza extrema  genera  que el proceso de deforestación se incrementa en la entidad.

Ya debe haber la prioridad por atender los asuntos relacionados con la conservación de las selvas y detener los procesos de deforestación y degradación forestal que podrían tener consecuencias adversas en el bienestar de las familias de bajos recursos de las comunidades rurales del Estado de Yucatán.