MÉRIDA.- El Juzgado Primero Penal sentenció a 16 años, siete meses y cinco días de cárcel al albañil Pablo Chi Haas, quien cometía abuso sexuales contra su hijastra de 10 años.

El sujeto de 60 años no solo manoseaba a la niña, sino que la obligaba a presenciar el acto de zoofilia que practicaba él con una perrita chihuahua.

La juez primero penal, Rubí Guadalupe González Alpuche, lo halló culpable de los delitos de abuso sexual y corrupción de menores.

También le impuso el pago de 500 días multa, equivalente a 28 mil 375 pesos, sustituibles con 250 jornadas de trabajo. Igualmente deberá pagar 15 mil pesos por concepto de daño moral.

La sentencia empezará a correr a partir del 21 de diciembre de 2012, fecha en la que fue detenido.

Según el expediente, lo denunció su esposa B.M.C., en agravio de su hija A.L.M.C.

El abuso se descubrió cuando la mujer decidió separarse del sujeto en septiembre de 2011 y al hablar con una trabajadora de la Casa de la Mujer, expresó su extrañeza por el cambio de comportamiento de su hija mayor y se le recomendó que la llevara a un psicólogo.

Entonces, la menor relató que al quedarse sola con su padrastro la acariciaba obscenamente y no decía nada porque el sujeto había amenazado con matarla con un cuchillo.

La niña refirió que su padrastro la besaba y manoseaba y que en ocasiones la amarraba a un poste de la casa y la obligaba a ver cómo hacía prácticas zoofílicas con una perrita.