PROGRESO.- Los resultados de la autopsia realizada ayer lunes a la ballena aleta, que recaló muerta a las playas progreseñas, se darán a conocer en seis meses o un año, según informó el doctor Raúl Díaz Gamboa, Coordinador del programa de Investigación y Conservación de Mamíferos Marinos de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady).

Muestras tomadas a la ballena de aleta  serán enviadas a laboratorios de la Universidad Santa Cruz de Texas, para que se analice la alimentación del cetáceo. Otras muestras se mandarán a la Universidad del Mar en la ciudad de México, para analizar el ADN, y en el Cinvestav en Mérida se analizarán las toxinas.

Ayer lunes, a las cinco de la tarde, una hora después que concluyeron con los estudios que formaron parte de la necropsia que se le practicó al cetáceo, el doctor Raúl Díaz, quien también forma parte del equipo científico de varamientos de mamíferos marinos, dijo que en los próximos días se debe reunir el consejo que siguen los casos (varamientos), convocados por la  Profepa.

El científico, quien coordinó, dirigió y supervisó la necropsia, adelantó que lo que arrojaron los estudios realizados en la playa es que la ballena no estaba llena y llevaba varios días sin alimentarse. Dijo que cuando un animal marino está enfermo deja de comer, pero no se puede afirmar que esta  estaba enferma.

También se descartó interacción humana con redes e interacción por colisión de embarcaciones, así como por actividad de exploraciones petroleras. No hay daños en el animal y se confirmó que no había comido en varios días.

No se encontraron indicios de padecimiento crónico que pueda ser la causa de la muerte, por eso se harán estudios internacionales de la alimentación y del ADN. Se alimenta de zooplancton, ya que no tiene dientes, sino barbas por donde se filtran los alimentos. –precisó.

El científico dijo que no se podía precisar la edad de la ballena, que es un ejemplar macho juvenil, preadulto, que midió 14.5 metros de largo y un peso calculado en 20,000 kilos. Esos animales, agregó, llegan a vivir hasta 80 años.

De acuerdo con el doctor Díaz Gamboa, es la primera vez que una ballena de aleta recala en las costas de Yucatán, de modo que no se tiene registro alguno e indicó que podrían darse más casos de varamientos de más ballenas en ésta época de nortes, así como se han dado la de delfines.

La necropsia, que se realizó ayer lunes a partir de las 10 de la mañana, duró seis horas, estuvo a cargo de un equipo de 18 estudiantes de biología marina coordinados por el doctor Raúl Díaz, quien el domingo llegó al puerto cuando se le avisó que había recalado una ballena.

Antes de iniciar la necropsia, el científico dijo que el cetáceo es habitante del Golfo de México y del Mar Caribe; habita por el rumbo del Arrecife Alacranes, a grandes profundidades, y sale cada 8 minutos a la superficie para respirar, pues sino puede morir ahogada.

Armados con filosos cuchillos y en presencia del alcalde José Isabel Cortés Góngora y del delegado de la Semarnat Jorge Carlos Berlín Montero, los estudiantes de biología marina de la Uady, comenzaron a cortar la ballena. Antes la midieron y contaron los surcos, 93 en total; la cola midió tres metros.

Primero se retiraron las gruesas capas de piel y grasa que cubrían tejidos y huesos del enorme animal. La carne es similar a la de una res y a pesar que ya tenía tres días de muerto, aún parecía fresca. La sangre se derramó enseguida sobre la arena.

No había signos de putrefacción y no había mal olor, lo que permitió que numerosos reporteros que acudieron a cubrir el evento tomaran fotos y grabaran vídeos, así como las numerosas personas  y estudiantes que se reunieron alrededor para presenciar como cortaban la ballena.

La necropsia concluyó a las cuatro de la tarde y enseguida con una maquinaria pesada se abrió una fosa profunda para enterrar los restos del cetáceo.

Personal de Ecología municipal coordinados por su titular Arturo Quezada Pech, colaboraron con el equipo científico para realizar la necropsia en el que también se usaron motosierras para cortar al animal.