PROGRESO.-Este lunes, a partir de las 9 de la mañana, un equipo de biólogos y estudiantes de  biología marina de la UADY encabezados por el doctor Raúl Díaz Gamboa, científico de la UADY, se encargará de realizar la necropsia a la ballena aleta que recaló muerta ayer domingo, para tratar de determinar las causas de la muerte de la ballena.

Raúl Díaz coordina la investigación de mamíferos marineros por parte de la UADY  y preside el comité científico que atiende casos de varamientos en Yucatán. Adelató que la ballena de aleta, es  macho, habitante normal del Golfo de México. Explicó que la ballena no tiene dientes, sino barbas y se alimentan todo el día.

ballena3Ayer publicamos que, en un caso insólito, a las 8 de la mañana los pescadores José Acosta Azueta (a) ”Chepe” y Leopoldo Salas Barredo (a) “Campechano” hallaron muerta a una ballena al final de la terminal remota y entre las lanchas de los dos la remolcaron hasta la playa, cerca del muelle de “Chocoloate”.

Ayer mismo y aunque nadie recuerde en Progreso que haya recalado alguna ballena, luego de examinar al animal marino, el científico Díaz Gamboa aseguró que no es un caso insólito, pero no es común que una ballena recale en la costa.

El animal que recaló podría ser juvenil o preadulto, viven en aguas profundas del Golfo de México y llegan a medir hasta 25 metros, pero que no podían determinar de qué parte del Golfo vino.

Los pescadores que hallaron la ballena y los ribereños que llegaron a la playa atribuyeron la muerte del mamífero a las explosiones que realizan en altamar el barco Discoverer 2, que efectúa exploraciones petroleras y realiza explosiones que mata a meros, negrillos y otras especies de escama.

Los pescadores consideran que las explosiones habrían dañado los oídos de la ballena, lo que la desorientó y por ese motivo se perdió y recaló en la costa. La hallaron a 11 kilómetros de la playa, varada entre los dados de la terminal remota, en donde se atoró.

Los pescadores progreseños no recuerdan que haya recalado una ballena en las costas de este puerto, se acuerdan de delfines, manatís, pero no de ballenas.

LA SORPRESA

ballenaAyer domingo, tripulantes de las lanchas “Emmanuel” e “Iván”, al mando de los pescadores Leopoldo el “Campechano” y “Chepe”, quienes, como de costumbre salieron temprano a pescar con redes, hallaron al cetáceo al final de la terminal remota.

Al principio se dijo que se trataba de una ballena jorobada, pero más tarde, el doctor Raúl Díaz, quien llegó al playón y examinó al mamífero aseguró que se trata de una ballena de aleta (balaenoptera physalus).

Luego de encontrar a la ballena, el “Campechano” y “Chepe” calcularon de diez metros y de una tonelada de peso. Los dos patrones de las lanchas ribereñas decidieron suspender el viaje de pesca y acordaron remolcar a la ballena a la costa; en primera instancia pensaban llevarla a la playa del malecón, pero después la trasladaron al playón poniente, a un costado del muelle de pescadores.

El enorme animal marino fue remolcado por las dos lanchas y la travesía desde la terminal remota hasta el playón poniente duró hora y media.

cachaloteArribaron a las 9:30 al playón y desde esa hora comenzaron las maniobras para sacar a la ballena del mar, pero el peso del animal, que según Arturo Quezada Domínguez, director municipal de Ecología, era 10 toneladas y los pescadores estimaron en unos cinco mil kilos, resultó difícil.

Primero se intentó sacarla con la ayuda de un montacarga y jalado con los pescadores, pero no dio resultado, ya que las sogas que utilizan las lanchas no resistieron. Luego se trajo una maquinaria pesada de más potencia y lograron acercarla más a la playa, pero fue hasta casi a las cuatro de la tarde cuando por fin lo pudieron sacarla del mar y colocarla en la arena, en donde quedó en resguardo.

Personal de ecología y pescadores, coordinados por Arturo Quezada se encargaron de las maniobras para sacar del mar a la ballena. A la playa llegaron navales, policías municipales, estatales y oficiales de la gendarmería, quienes acordonaron el área durante las maniobras para sacar del mar al animal.

También llegaron numerosos reporteros de prensa escrita y electrónica para cubrir el acontecimiento.