BUENOS AIRES.- Un niño nacido muerto en Brasil ofreció una pista sobre los posibles efectos del virus, esta vez, más allá del desarrollo de la microcefalia.

Además de una pérdida devastadora de tejido del cerebro, el feto presentaba otra anormalidad potencialmente mortal: severa hinchazón y acumulación de líquido en otras partes del cuerpo, informaron investigadores el jueves.

Los expertos hallaron el virus del zika en el feto, aunque la madre no reportó ningún síntoma de infección, según el informe publicado por la revista PLOS Neglected Tropical Diseases.

Los investigadores deben prestar mayor atención al nacimiento de niños muertos en las áreas afectadas por el zika, concluyó el equipo de la Universidad de Yale y el Hospital Geral Roberto Santos en Salvador, Brasil.

El zika se propaga rápidamente por Latinoamérica y ha planteado preocupación en el mundo después de que Brasil reportara un aumento en el número de bebés nacidos con cabeza desproporcionadamente pequeña, defecto conocido como microcefalia y que puede conllevar daño cerebral.

Todavía no se ha comprobado que el zika, transmitido por un mosquito, cause microcefalia. Pero en un puñado de casos cuyos datos se publicaron, los investigadores hallaron tanto el virus como anormalidades cerebrales graves después de muerte al nacer o por aborto natural.

El informe del jueves podría alertar a los médicos a estar atentos a otros problemas congénitos –como la acumulación de líquidos citada en el estudio– durante los exámenes ultrasónicos de mujeres potencialmente en riesgo. Ese problema se llama hidropesía fetal.

Si un médico detecta hidropesía, solamente “podría no atribuirlo inmediatamente al virus del zika porque lo que se ha descrito son anormalidades cerebrales”, dijo la doctora Sallie Permar, del Instituto Duke de Inmunización Humana, experta en infecciones virales materno-fetales, que no participó en el caso de Brasil. Agregó que dicho caso plantea la posibilidad “de que pueda ser una infección sistémica del feto, de que no sólo pueda afectarse el desarrollo cerebral”.

En el caso del bebé nacido muerto, un examen ultrasónico no reveló indicios de problemas en la semana 14 del embarazo, sino a las 18 semanas, otro examen reveló que pesaba demasiado poco, informó el equipo de Yale-Brasil.

Los médicos pudieron detectar una serie de defectos para la semana 30, incluso microcefalia y el problema del líquido. Dos semanas después el feto murió. Pruebas posteriores detectaron material genético del virus zika en el tejido cerebral y el líquido amniótico.

Las autoridades estadounidenses de salud dicen que las embarazadas o las que consideran embarazos no deberían viajar a zonas afectadas por el zika. Si viajaron a zonas de riesgo, pueden someterse a determinadas pruebas para determinar si están infectadas, así como exámenes ultrasónicos para rastrear la salud fetal.

INFOBAE.-