MÉRIDA.- Aunque fue descubierta dando un uso inadecuado e ilegal a un auto de la Comuna, Fabiola Josefina García Magaña, jefa del departamento de Servicios Especializados en Atención a la Violencia contra las Mujeres, sólo fue suspendida tres días, aunque no consta que el castigo sea real y que le descuenten los días, ya que es muy amiga de la directora del área.
El 12 de noviembre del año pasado, la Fiscalía General dio la baja al director de la Policía Ministerial, Juan Raúl Marrufo León, acusado de utilizar personal y un vehículo a su cargo para mover su lancha, para llevarla de su casa a un taller mecánico, para que le den mantenimiento.
La Comuna, en este caso, sólo aplicó un tibio castigo.
Luego que publicamos que el papá y la mamá de esta mujer usaban en domingo un auto de la Comuna, trabajadoras de la comuna, que son amigas de la empleada municipal trataron de defenderla diciendo que era un “ángel”, que es responsable y mil cosas buenas más.
Sin embargo el hecho está ahí y si fuera tan responsable como dijeron sus “amigas” no usaría de esa manera un auto oficial, acción que realiza desde hace mucho tiempo.
Por lo visto, Fabiola Josefina es muy buena para emplear bienes públicos para su uso personal y también para mover a su grupo de amigas del Ayuntamiento para que la defiendan.
Luego de que este portal informativo reveló (con fotografías en mano) que la susodicha usa un vehículo de la Comuna para su provecho personal y de su familia, como ir al supermercado, la funcionaria solicitó a sus compañeras de trabajo que la defiendan.
Como si fuera un “copy-paste” (copiar-pegar) las subordinadas de Fabiola García en el Instituto Municipal de la Mujer emitieron su opinión en redes sociales y dijeron exactamente lo mismo: que Fabiola es muy “trabajadora y responsable”, que es muy dedicada, “que labora los 365 días del año”.
Ciertamente en la nota publicada nunca se indicó que García Magaña sea “floja”, claramente se informó de algo que no se puede ocultar ni justificar: que utiliza un carro del Ayuntamiento de Mérida como si fuera propio y que incluso este vehículo le sirve a sus familiares para actividades personales, además en días y horas que no son de trabajo.
Si en su oficina es “una bella persona”, como afirman al unísono sus subordinadas, no tiene nada que ver con el hecho de dar un uso inadecuado a un coche que pertenece al municipio y que debería ser utilizado solo para cosas de primera necesidad de la dependencia a la que está adscrito, en este caso el Instituto Municipal de la Mujer.