MÉRIDA.- Otro de los panistas que desde ahora “suspiran” por una diputación local para el 2018, es  el funcionario municipal Kirbey Herrera Chab, quien ya les dijo a sus colaboradores más allegados que buscará nuevamente la candidatura por el segundo distrito local, según nos informaron.

Herrera Chab ganó en el 2012 esa demarcación, pero debido a que volvió a su cargo de regidor fue declarado inelegible tanto por el Tribunal Estatal Electoral como por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Por ello, su suplente Judith Malta ocupó la curul tres años, aunque hoy en día regresó a su antigua labor de costurera en la colonia Vicente Solís.

Antes  informamos el caso de los ediles panistas Primo Martínez y Víctor Merari Sánchez, quienes juran que serán candidatos de su partido en el 2018 por los distritos locales IV y V, y piensan ser merecedores de ese cargo, aunque como ediles todo lo han hecho mal, pues de los 19 integrantes del Cabildo son los más faltistas, además de que se les conoce por “bistequeros” y que les gusta mucho el “chanchullo”.

Sin embargo, a fin de despistar, Herrera Chab se la pasa “rostreando” al también funcionario municipal Arturo León, para insinuar que él podría ser el abanderado por ese distrito, según datos recabados.

Quienes conocen al frustrado diputado, hoy subdirector en Desarrollo Humano, afirman que todo es plan con maña para que cuando se acerque la fecha se destape él, mientras tanto “rostrea” a quien fue asistente personal de Vila, hoy también subdirector.

Uno de los motivos por los cuales Herrera Chab está convencidísimo que contenderá nuevamente por el segundo distrito es porque su grupo político “está en boga”, sin embargo, no desea quemarse porque con el paso del tiempo se ha ganado varias enemistades.

Kirbey Herrera fue el coordinador de la desastrosa campaña de Yahayra Centeno Ceballos, quien contendió por la demarcación antes mencionada; Yahayra hizo fue el ridículo al perder por cuatro mil votos contra la priista Marisol Sotelo. De hecho, para el PAN fue una dolorosa derrota, pues en 20 años no habían perdido esa demarcación.