MÉXICO.- Hermanos y hermanas, buenas noches. Sabéis que el deber del cónclave era dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo al fin del mundo. Pero aquí estamos…”

Así se dirigió Francisco al mundo desde la Plaza de San Pedro en Roma luego de ser electo jefe de la Iglesia católica el 13 de marzo de 2013, y luego de que su antecesor, Benedicto XVI, sorprendió cuando se convirtió en el primer Papa en renunciar a un pontificado en casi 600 años.

Francisco literalmente tenía razón al señalar que fueron a buscarlo hasta al fin del mundo, pues nació en Argentina y es el primer Papa jesuita latinoamericano y el primero no europeo en mil 200 años. Los últimos cuatro pontífices han sido de nacionalidad italiana, excepto Juan Pablo II (polaco) y Joseph Ratzinger (alemán).

Al asumir su nueva encomienda, impuso su propio estilo. Tras el cónclave que lo eligió, él mismo se dirigió al hotel para pagar su hospedaje.

Su estilo sencillo y humilde, así como el compromiso con la opción preferencial por los pobres lo han caracterizado.

En diciembre de 2013, la revista Time lo nombró “personaje del año” y lo llamó “el Papa del pueblo”. “No ha cambiado la letra, pero ha cambiado la música de la Iglesia católica”, ha declarado Nancy Gibbs, editora de la revista.

En abril de 2015, el Papa volvió a figurar como una de las personas más influyentes del mundo, de acuerdo con dicha revista. En su tercer año de pontificado, Jorge Bergoglio es por tercera vez el único argentino que integra la tradicional lista.

Un sacerdote jesuita

Pero, ¿quién es Jorge Mario Bergoglio que, rompiendo todos los protocolos, antes de dar la bendición pidió a los miles reunidos en la Plaza de San Pedro elevar una oración por él y por su nueva tarea como Francisco?

Incluso rechazó usar la tradicional capa roja ribeteada con armiño, la cual usaba su predecesor para las ocasiones ceremoniales.

Francisco nació en Buenos Aires, Argentina, un 17 de diciembre de 1936. Es hijo de emigrantes piamonteses: su padre, Mario, era contador, empleado en ferrocarriles, mientras que su madre, Regina Sivori, se ocupaba de la casa y de la educación de los cinco hijos.

A los 21 años decidió convertirse en sacerdote en la Compañía de Jesús e ingresó al seminario del barrio Villa Devoto.

Antes se diplomó como técnico químico, y el 11 de marzo de 1958 pasó al noviciado de la Compañía de Jesús. Completó los estudios de humanidades en Chile y en 1963, al regresar a Argentina, se licenció en filosofía en el Colegio San José, de San Miguel.

Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969, de manos del arzobispo Ramón José Castellano.

Entre 1964 y 1965 fue profesor de literatura y sicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe y en 1966 enseñó las mismas materias en el Colegio del Salvador en Buenos Aires. De 1967 a 1970 estudió teología en el Colegio San José, y obtuvo la licenciatura.

El 31 de julio de 1973 fue elegido provincial de los jesuitas de Argentina.

 Después reanudó el trabajo en el campo universitario y entre 1980 y 1986 es de nuevo rector del colegio de San José, además de párroco en San Miguel.

 En marzo de 1986 se traslada a Alemania para su tesis doctoral; posteriormente se le envía al colegio del Salvador en Buenos Aires y después a la iglesia de la Compañía de la ciudad de Córdoba, como director espiritual y confesor.

El 20 de mayo de 1992 el papa Juan Pablo II lo nombra obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires. El 27 de junio recibe en la catedral la ordenación episcopal de manos del purpurado. Como lema elige Miserando atque eligendo y en el escudo incluye el cristograma IHS, símbolo de la Compañía de Jesús.

Futbolero

El papa Juan Pablo II lo nombró cardenal en el Consistorio del 21 de febrero de 2001. En esa ocasión, invitó a los fieles de su país a no acudir a Roma para celebrar la púrpura y a destinar a los pobres el importe del viaje.

Su padre le heredó la afición por el futbol y está afiliado al San Lorenzo de Almagro de la Primera División de Argentina y tiene la credencial 88235N-0. De hecho, el día de la asunción papal, la cuenta en Twitter del equipo presumió el carnet de Jorge Mario Bergoglio.

Una de sus biógrafas, Francesca Ambrogetti, lo describe como una “personalidad absolutamente moderada. Es absolutamente capaz de hacer la necesaria renovación (en la Iglesia) sin saltos en el vacío. Coincide con la necesidad de una Iglesia misionera. Que salga al encuentro de la gente, activa y no pasiva. Una Iglesia que no sea reguladora de la fe, sino promotora y facilitadora de la fe”, explicó.

Habitaba un departamento pequeño pues rechazó la residencia oficial del Arzobispado, más confortable, donde pasaba los fines de semana en soledad. Además, él se preparaba la comida.

“Sobriedad y austeridad es su estilo de vida. Viaja en subterráneo, en colectivo (autobús), los viajes a Roma los hace en clase turista”, describió Ambrogetti.

Es hijo de un hogar de clase media, poco afecto a aceptar invitaciones privadas y poseedor de un “pensamiento táctico”, según los especialistas. A propósito de ello, en la Audiencia General del miércoles 7 de enero de 2015, el Papa recordó su vida familiar y a su madre:

 “Una madre con los hijos tiene siempre problemas, siempre trabajo. Yo recuerdo en casa, éramos cinco y mientras uno hacía ‘una’, el otro pensaba en hacer ‘otra’ y la pobre mamá iba de un lado para el otro. Pero era feliz. Nos ha dado tanto.

Se expresa en español, italiano, latín, alemán, inglés, francés, portugués, ucraniano y piamontés (dialecto italiano).

Las críticas

Su liderazgo de la congregación jesuita local coincidió con uno de los periodos más oscuros de Argentina, lo que le deparó fuertes críticas: la dictadura militar que gobernó entre 1976 y 1982.

Una de ellas se refiere al secuestro de dos jesuitas detenidos por el gobierno militar por hacer tareas sociales.

 Según la acusación, Bergoglio les retiró la protección de su orden religiosa. Los dos sacerdotes sobrevivieron a un encierro de cinco meses. El señalamiento aparece en el libro El silencio, del periodista Horacio Verbitsky, también presidente del organismo defensor de derechos humanos CELS, con base en declaraciones de Orlando Yorio, uno de los jesuitas raptados, antes de fallecer en 2000.

“La historia lo condena: lo muestra como alguien opuesto a todas las experiencias innovadoras de la Iglesia y, sobre todo, en la época de la dictadura, lo muestra muy cercano al poder militar”,  señaló por su parte el sociólogo Fortunato Mallimacci, exdecano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.

En tanto, los detractores de esa postura sostienen que no están probados dichos vínculos y que, por el contrario, Bergoglio ayudó a muchos a escapar de las fuerzas armadas.

Su elección como Papa revivió esas acusaciones y desató una controversia en su país, donde el diario Página Doce afirmó que ayudó a los gobiernos de la dictadura argentina.

Pero Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz 1980 y un destacado activista antidictadura, rechazó la afirmación: “Hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura, pero Bergoglio no”.

Y para cerrar este capítulo, el ahora Papa explicó su postura asumida entre 1973 y 1979, cuando era superior provincial de los jesuitas. En el libro autobiográfico El Jesuita, rechazó las acusaciones y precisó que no había respondido a la denuncia “para no hacerle el juego a nadie, no porque tuviese algo qué ocultar”.

“Hice lo que pude con la edad que tenía y las pocas relaciones con las que contaba para abogar por las personas secuestradas. Me moví dentro de mis pocas posibilidades”, explicó Francisco.

Los políticos argentinos fueron varias veces objeto de críticas por parte de Bergoglio, que los acusó de no combatir la pobreza y querer enquistarse en el poder.

En 2010 se enfrentó al gobierno de la presidenta Cristina Fernández, quien impulsó una ley para aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo.

“No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios”, escribió en una carta días antes de aprobarse la ley.

Más allá de la mala fama de los argentinos por su presunta arrogancia, Francisco se caracteriza por la humildad y la austeridad; y también conoce los chistes sobre ese tema, como el que le contó a la periodista Valentina Alazraki:

—¿Tú sabes cómo se suicida un argentino?

—Se sube arriba de su ego y de ahí se tira abajo…

Éste es el Papa que estará en México del 12 al 17 de febrero y que, entusiasmado, en enero preguntó a un mexicano en Roma si se le esperaba con tequila o sin tequila; la respuesta fue: mucho tequila.

Pero ya a miembros del Estado Mayor Presidencial que se reunieron con él les dijo que en su visita no habría ni tequila ni chile, y que sería un viaje divertido.