PROGRESO.- Durante poco más de 40 años, Víctor Adolfo Cámara Sánchez había manejado motos sin sufrir ningún accidente, hasta que, hace cinco años, la imprudente e irresponsable Brendi Noemí Mejía Peón lo atropelló con un auto, porque la mujer quiso ganarles a los demás conductores la salida del semáforo.

 

Luego del accidente, en el que perdió la pierna izquierda, con hipocresía y actuando un llanto le la mujer fue a verlo al hospital y le dijo que no podía dormir por el accidente y le ofreció $30 mil pesos para que le otorgaran el perdón, cantidad que fue rechazada pies los gatos del accidentado eran mucho mayores.

La hipócrita mujer jamás se presentó de nuevo a “llorar” frente a “Camarita” y hasta ahora no ha pagado nada, cobijada por la Fiscalía General, que no ha resuelto el caso.

Víctor Adolfo trabajó durante 30 años como cartero,tiempo en el que en motocicleta recorrió calles de Macuspana Tabasco, Valladolid, Izamal, Cordemex y de este puerto, y nunca sufrió un accidente de tránsito; se jubiló en el año 2000.

Once años después de retirarse como cartero, el 1 de diciembre de 2011 y a la edad de 77 años, un accidente de tránsito cambió su vida por completo, ya que estuvo a punto de morir desangrado, perdió la pierna izquierda, estuvo postrado en cama durante tres meses y ahora se desplaza en silla de ruedas y en muletas.

La vida de Víctor Cámara, quien nació el  25 de noviembre de 1934 y habita un predio de la calle 78 entre 33 y 45,  no ha sido nada fácil, pues su esposa Guillermina Ivelice Limón Hernández, de 82 años, está inválida desde 1989 a causa de un derrame cerebral y desde entonces se encuentra postrada en cama.

Además su única hija, Gely, quien tiene 47 años de edad, es sordomuda. Hace 19 años murió su hijo Víctor en un accidente de tránsito en la carretera Valladolid-Cancún.

Manejar motos fue la pasión de Víctor Cámara, conocido en este puerto como “Cámarita”, de modo que cuando se retiró de cartero nunca dejó de andar en su moto importada, que era su lujo, pues la trajo de Reinosa, y fue en esa motocicleta cuando lo atropellaron el 1 de diciembre de 2011 en la calle 78 con 31; el reloj que llevaba marcó la hora 7:18 de la tarde.

“Camarita” recuerda que transitaba de sur a norte a bordo de su moto, sobre la calle 78, y al llegar a la 31 vio que el semáforo marcaba luz verde, de modo que cruzó la arteria, pero un automóvil color blanco manejado por una mujer rebasó a otros vehículos que esperaban el cambio de luz del señalamiento y lo atropelló.

-Debido al impacto, el pedal de la moto se me clavó en la pierna izquierda, caí al pavimento, quise levantarme para ver quién me atropelló, pero la sangre brotaba como un chorro de mi pie; en ese momento llegó el doctor Joaquín Cruz Muñoz, quien me dijo que no me moviera, me colocaron un torniquete para detener la hemorragia –recordó.

En esos momentos, en medio del shock en que me encontraba, llegó una mujer que dijo “yo me tuve la culpa, yo me tuve la culpa, no me di cuenta”. Era la conductora del automóvil que luego supe que se llama Brendi Noemí Mejía Peón, indicó el entrevistado.

Luego del accidente, a Víctor Cámara lo ingresaron en el Centro Médico Americano de este puerto, luego lo trasladaron a la clínica del Issste en Mérida, en donde estuvo tres meses, pues le amputaron la pierna izquierda, ya que los médicos no se la pudieron salvar.

A los tres días de que le amputaron la pierna, se presentó al hospital Brendi Mejía, quien le dijo que no podía dormir ni comer por el accidente que ocasionó y le ofreció a “Camarita” una ayuda de $30,000 a cambio de que el accidentado le otorgara el perdón, dijo.

-Le dije que no aceptaba, porque era muy poco y le explique que al día pagaba $600 a dos personas que me acompañaban en la clínica las 24 horas del día ($300 a cada una). La conductora ya no regresó, me enteré que pagó una fianza de $1.2 millones para quedar libre- recordó.

Durante el tiempo que estuvo hospitalizado, su hija sordomuda se encargó de atender a su mamá, vendió lo poco que tenían para costear los gastos, comprar una prótesis en $12,000 la cual ya no le sirve.

Una vez en su casa, ya rehabilitado, Víctor Cámara, con su discapacidad atiende a su esposa, lava la ropa y prepara los alimentos para el desayuno, almuerzo y cena. Solo cuentan con una silla de ruedas que utiliza él y su esposa. Recibe una pensión de $5,000 mensuales, pero tiene que pagar luz, agua potable, gas doméstico y teléfono.

Debido a que el caso del accidente no ha concluido, el lunes pasado se realizó la diligencia ministerial de reconstrucción de hechos, “Camarita” lo único que pide es que se haga justicia y lo indemnicen, pues perdió una pierna y su moto. Su vida ya no es la misma.-