MÉRIDA.- Atormentado por los remordimientos, el pescador Jorge de Jesús Canul Gamboa (a) “El Pulpo” se entregó a la Policía Ministerial de Mérida, a la que dijo que  el jueves  14 de enero mató Jesús Martín Ravel Benavides, con el que ocasionalmente tenía relaciones sexuales y que en esta ocasión quiso hacerla de macho.

 

La Fiscalía General del Estado no corroboró o negó los hechos y sólo se concretó a infotmar que investiga las causas de la muerte de Jesús Martín (a) “Chucha”, de aproximadamente 50 años de edad.

En las próximas veinticuatro horas, el pescador debe ser puesto a disposición del juez de control de Progreso (cumpliendo las disposiciones legales), pero podría tardarse más porque no se dio la flagrancia y se tiene que “armar” el expediente para que el juzgador emita una orden de aprehensión.

El cadáver de Jesús Martín fue encontrado semisentado la tarde del martes, en el fondo de un terreno baldío de la comisaría de Paraíso. 51

Desde el 9 de enero, el finado había sido reportado como desaparecido, de su domicilio de la comisaría de Flamboyanes. El cuerpo sin vida fue identificado por su hermano Fernando, que fue avisado por vecinos de Paraíso, que estaban enterados que andaba buscando a su carnal.

El jueves pasado, “El Pulpo” bajó a tierra después de pescar y en el centro de Progreso vio a su cuate y se fueron directo a una cantina a tomar.

Sin embargo, como ya habían tenido relaciones sexuales, en las que el ahora occiso fungía como pasivo, se pusieron de acuerdo para repetir sus amoríos y abordaron un transporte público para ir a Paraíso, donde vive “El Pulpo”.

Durante el trayecto empezaron a discutir porque el ahora finado pretendía fungir como activo en la relación, cosa que no le agradó mucho a “El Pulpo”.

Al arribar a Paraíso y en el trayecto a la vivienda de Jorge de Jesús empezaron a pelear físicamente y en un momento dado, Canul Gamboa le dio con una piedra en el rostro y al caer lo remató con una roca de mayor tamaño, que le asestó en el cráneo.

Asustado por lo que había hecho, fue a su casa y recogió unas ropas, para luego ir a refugiarse a la casa de un amigo, en el puerto de Progreso.

Al enterarse que ya había sido encontrado el cadáver de su ocasional pareja, no pudo más con el remordimiento y viajó a Mérida a entregarse a las autoridades.

“El Pulpo” no es la primera ocasión que tiene problemas con la justicia, es más, es viejo conocido de la cárcel de Progreso, a tal grado que no tiene muchos meses que abandonó el reclusorio.

Fue acusado de asaltar a una mujer que vendía pan en un triciclo, en calles de la comisaría de Paraíso.