MÉXICO.- El sevillano Morante de la Puebla fue el triunfador de la décimo cuarta corrida de la Temporada mayor de la Monumental Plaza de Toros México, de la que salió en hombros por la Puerta Grande.

El español fue precisamente quien abrió plaza con Amigo Nacho, el primer ejemplar de la ganadería queretana de Teófilo Gómez. Lo recibió a la verónica. El toro fue tardo al inicio, pero con base en su tesón, el diestro fue ahormándolo hasta que acudió al engaño. Ligó muletazos largos y conectó con el público, que lo premió con palmas tras dos pinchazos, varios descabellos y un aviso.

Con su segundo, Debutante, Morante de la Puebla tuvo un toro con bravura al que recibió con distintos lances; logró una faena artística y bien estructurada. Con su tauromaquia, generó oles incesantes de los asistentes. Terminó de estocada entera, escuchó un aviso, pero salió por la Puerta Grande tras cortar dos orejas.

Octavio García El Payo, con No dice, se mostró voluntarioso: dejó muletazos ligados y tandas largas. Continuamente buscó la cara del toro. Falló en la suerte suprema: un descabello y un aviso.

Su segundo, Poeta, fue un enemigo con casta y transmisión al que entendió rápidamente bregándolo con adornos y remates toreros, pese a que el astado iba mucho a contraquerencia. Falló con la espada, descabello y palmas.

No hubo suerte para Fermín Espinosa Armillita IV en ninguna de sus dos salidas al ruedo. El primero, Vasir, fue un astado disperso y soso que se arrimaba demasiado a las tablas y fue protestado por la gente por su falta de trapío.

Digno de reconocimiento, el esfuerzo del matador, aunque no tuvo un ejemplar que se prestara para lucir.
Finalmente enfrentó a Corico, que no ofreció garantías de éxito para el hidrocálido, no tuvo transmisión, por lo cual fue complicado para el torero hacer que el animal acudiera a la muleta. Pinchazo, descabello y silencio en su lote.

ADRENALINA.