MÉXICO.- Para los compradores de automóviles con conciencia ecológica, los vehículos eléctricos de lujo que fabrica Tesla, con su vertiginosa aceleración, son la prueba de que no se tiene que sacrificar el rendimiento con el propósito de salvar el medio ambiente.

Pero para algunos consumidores sagaces, hay un agobiante problema.

El cuero de los asientos y del volante requiere que se sacrifiquen animales y la tela que lo reemplaza no es adecuada para un vehículo que puede costar más de 100.000 dólares estadounidenses.

Ahora, en respuesta a esto, llega el Tesla que hasta los veganos con gustos lujosos podrían adorar.

El cuero sintético, en un tono que Tesla denomina Ultra White (Ultra blanco, en idioma español), se encuentra disponible como opción para el nuevo vehículo utilitario deportivo llamado Modelo X.

Tesla es el fabricante de automóviles que se unió más recientemente a lo que incluso a Euell Gibbons, el naturalista famoso por promocionar el cereal Grape-Nuts, le hubiera sido difícil de imaginar hace una generación: una estampida de parte de la industria automotriz (que durante mucho tiempo fue un símbolo de daño ambiental) destinada a proyectar una imagen más responsable.

“Todas las compañías de automóviles desean una credibilidad sustentable”, dijo Jack Nerad, el director editorial ejecutivo de Kelley Blue Book.

Quizás fue inevitable. Después de todo, los famosos como Beyoncé y Brad Pitt le han dado brillo al estilo de vida vegano, mientras que su creciente número de adherentes ha presionado a los restaurantes y a las compañías de comidas rápidas para que creen productos basados en vegetales que sean más sabrosos y que imiten a la carne y a los productos lácteos.

Si los veganos están dispuestos a pagar por un vehículo premium, ¿por qué no deberían poder tener también cuero falso?

En consecuencia, en los últimos años, las compañías BMW, Mercedes-Benz, Lexus y Ferrari han comenzado a ofrecer modelos con asientos recubiertos por una imitación del cuero. Por su parte, Volvo y Ford cada vez más han hecho hincapié en el uso de componentes más naturales, como la espuma de soja para sus asientos.

Tomemos por ejemplo el BMW i3. A partir de los 42.400 dólares estadounidenses, un comprador tiene un interior hecho con madera de eucaliptus, de poro abierto, recolectado de un “bosque certificado”. (Traducción: un bosque que es manejado responsablemente). Los paneles del interior están hechos de kenaf, una planta asiática renovable, y están ensamblados en una fábrica que funciona con energía eólica en Alemania.

“El objetivo de desarrollar los automóviles BMW i no es simplemente construir vehículos que no produzcan emisiones de gases”, dice el sitio de la compañía en Internet, “sino también usar la cantidad máxima posible de materiales producidos y reciclados sustentablemente; en especial en el interior”.

Aparentemente, en BMW, el remordimiento por el tema ambiental ya no es algo habitual.

En el caso de Tesla, cuya marca representa una especie de lujo sustentable (ecológico), muchos veganos se han quejado de que no tiene sentido que un automóvil amigable con el medio ambiente incluya productos animales, dada la significativa cantidad de gases de efecto invernadero que emite el sector agroindustrial. Ellos destacan que, incluso Nikola Tesla, el inventor por el que el automóvil lleva su nombre, era vegetariano.

Leilani Münter, una piloto de carrera profesional, defensora del medio ambiente y vegana, dijo que se desilusionó cuando intentó comprar por primera vez el Modelo S y no pudo conseguir el modelo más rápido y deportivo sin asientos de cuero verdadero.

 “Tesla revolucionó el automóvil eléctrico y ahora ha redefinido los lujosos interiores utilizando estos materiales veganos, que son amigables con los animales y con el medio ambiente”

Ella se comunicó con Elon Musk, el fundador y jefe ejecutivo de Tesla, quien la ayudó a conseguir el modelo que quería con asientos de tela, afirmó. No mucho tiempo después (al enfrentarse a varias quejas de parte de posibles clientes con la misma ideología), la compañía confeccionó asientos de tela, solo en color negro, lo que constituye una opción para todos los modelos y paquetes de tapicería, y donde se encuentra disponible, a pedido del cliente, un volante con revestimiento de cuero sintético.

“Tesla revolucionó el automóvil eléctrico y ahora ha redefinido los lujosos interiores utilizando estos materiales veganos, que son amigables con los animales y con el medio ambiente”, señaló Anne Brainard, quien es la coordinadora senior de la compañía y también la gerente de asuntos corporativos de People for the Ethical Treatment of Animals (Personas para el Tratamiento Ético de los Animales, en idioma español). En la asamblea de accionistas que tuvo lugar en junio último, el grupo intimó a Tesla para que dejara de utilizar cuero y, desde entonces, ha mantenido conversaciones con el fabricante de automóviles.

“Vemos que los clientes optan por las opciones de cuero y de imitación del cuero para sus Tesla”, dijo a través de un mensaje de correo electrónico Khobi Brooklyn, un vocero de la compañía. “Nos comprometimos a darles a los clientes la posibilidad de que construyan el Tesla que satisfaga sus necesidades y que cumpla con los requisitos de su estilo de vida”.

Jack Norris, quien es el director ejecutivo de Vegan Outreach, un grupo defensor del estilo de vida vegano, con base en Davis, California, señaló que la movida de Tesla indicaba que había una cantidad suficiente de personas que habían expresado su deseo de forzar al fabricante de automóviles para que diera una respuesta.

“Por suerte, las opciones para este estilo de vida se están expandiendo y se están poniendo de moda”, dijo a través de un mensaje de correo electrónico Melissa Wood, quien conduce un BMW con asientos de cuero sintético.

El Tesla vegano de Leilani Münter tiene asientos de tela, pero pronto estará disponible la imitación del cuero.

Sin embargo, como la presión para reducir las emisiones de dióxido de carbono llevan al uso de nuevas fuentes de energía, quizás sea todavía más difícil evitar los productos animales.

Los biocombustibles, que tienen por finalidad reducir las emisiones de dióxido de carbono (como los que el año último anunció United Airlines que comenzaría a utilizar, y para cuyo desarrollo invertiría 30 millones de dólares estadounidenses) son, en determinadas ocasiones, derivados de grasas animales. Y el uso de residuos alimenticios animales para producir electricidad está aumentando en lugares como Cleveland, Boston y Orlando.

Münter, quien rechazó el patrocinio de una compañía que fabricaba lubricantes a partir de grasa de vaca, dijo que ansiaba el día en que desaparecieran por completo los combustibles líquidos.

“No me gusta quemar combustible”, afirmó. “Finalmente, no van a tratar de usar un derivado porque, espero, no existirá esta enorme industria que está matando a miles de millones de animales por año”.

Mark y Elizabeth Peters, accionistas y propietarios de un Modelo S, quienes son veganos y han presionado públicamente a Tesla para que abandone el uso de productos derivados de animales, están de acuerdo con Münter, pero dijeron que era difícil evitarlos por completo.

“Hay componentes en todo lo que vemos, usamos y experimentamos en nuestra vida diaria en los que de alguna manera se ha utilizado una parte de un animal, lo cual es desafortunado”, dijo Elizabeth Peters. “Pero si lo sabemos, entonces podemos elegir”.